Fin al CAE: ¿Qué es el FES? ¿Cómo funcionará el nuevo sistema de financiamiento de la educación?
A través de una Cadena Nacional, Gabriel Boric entregó detalles respecto a cómo funcionará el nuevo sistema de financiamiento de la educación superior.
En Norteamérica, hay asociaciones de defensa de la salud que solicitan la prohibición por motivos de cáncer de una sustancia química clave que interviene en el proceso de descafeinado.
(CNN) – Para las personas que evitan la cafeína, el café descafeinado parece una opción inofensiva.
Sin embargo, algunas asociaciones de defensa de la salud que sostienen lo contrario están solicitando a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos que prohíba una sustancia química clave que interviene en el proceso de descafeinado por motivos de cáncer.
Se trata del cloruro de metileno, un líquido incoloro que se utiliza en determinados procesos industriales, “como el decapado de pinturas, la fabricación de productos farmacéuticos, la fabricación de decapantes y la limpieza y desengrasado de metales”, según explica la Administración de Seguridad y Salud en el Trabajo (FDA) de EE.UU.
Hace tiempo que se sabe que el cloruro de metileno es cancerígeno, y así lo han designado el Programa Nacional de Toxicología de los Institutos Nacionales de Salud, la Agencia de Protección del Medio Ambiente y la Organización Mundial de la Salud.
Así plantea la doctora Maria Doa, directora de política química del Fondo de Defensa del Medio Ambiente, uno de los cinco grupos y personas que respaldan dos peticiones sobre aditivos alimentarios y colorantes enviadas a la FDA en noviembre.
La FDA presentó las peticiones el 21 de diciembre de 2023 y aceptó comentarios del público hasta el 11 de marzo.
“Además de ser cancerígeno, el cloruro de metileno puede causar otros daños a la salud, como toxicidad hepática y, a exposiciones más elevadas, efectos neurológicos. En algunos casos, incluso la muerte“, añadió Doa por correo electrónico.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., estos riesgos se dan en el contexto de una exposición aguda externa a niveles elevados de la sustancia química, o de su ingestión por sí sola.
La toxicidad del producto químico llevó a la Agencia de Protección del Medio Ambiente a prohibir su venta como decapante de pintura en 2019.
En 2023, la agencia propuso la prohibición de su venta para otros usos de consumo y muchos usos industriales y comerciales.
Pero se mantienen los usos alimentarios regulados por la FDA en virtud de la Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos. (La asamblea estatal de California -que tiene una de las mayores economías del mundo, lo que a menudo influye en el resto de la nación- presentó recientemente un proyecto de ley para prohibir el uso de cloruro de metileno en el proceso de descafeinado).
El Fondo de Defensa del Medio Ambiente y sus copeticionarios sostienen que, al permitir el cloruro de metileno en los alimentos, la FDA “ha hecho caso omiso” de una adición de 66 años de antigüedad a la ley federal llamada Cláusula Delaney, que exige a la FDA prohibir los aditivos alimentarios de los que se demuestre que causan o inducen cáncer cuando son ingeridos por seres humanos o animales.
“Por tanto, esta sustancia química no pueden ni deben considerarse seguras”, afirmó Doa.
La FDA ha dicho que actualmente está revisando las peticiones. Sin embargo, a través de un comunicado, un portavoz señaló que no se emitirán comentarios al respecto mientras están siendo examinadas.
He aquí lo que dicen los expertos y la FDA sobre esta cláusula en el contexto moderno, y lo que deberías saber sobre la seguridad del café descafeinado.
La FDA tiene una normativa que permite el uso de cloruro de metileno como disolvente para descafeinar el café, estipulando que “los residuos de cloruro de metileno no deben superar las 10 partes por millón (0,001%) en el café tostado descafeinado y en el extracto de café soluble descafeinado (café instantáneo)”.
Vía correo electrónico, un portavoz de la FDA afirmó que “aunque el cloruro de metileno puede intervenir indirectamente en la elaboración de alimentos, como en el acto de descafeinar de los granos de café, se han establecido límites de residuos para limitar la exposición”.
Y en esa misma línea, agrego que “cualquier producto alimenticio que contenga residuos de cloruro de metileno por encima de los límites establecidos no está permitido para la venta o el consumo”.
El presidente y director ejecutivo de la Asociación Nacional del Café, William Murray, dijo que prohibir el café descafeinado Método Europeo -el tipo que utiliza cloruro de metileno- “desafiaría a la ciencia y dañaría la salud de los estadounidenses“.
“No hay pruebas de que el descafeinado Método Europeo presente ningún riesgo”, aseguró a CNN. “De hecho, el abrumador peso de la evidencia científica independiente muestra que beber descafeinado Método Europeo, como todo el café, se asocia con un menor riesgo de múltiples tipos de cáncer y con otros beneficios significativos para la salud”.
Pero la última decisión de la FDA en sobre el uso del producto químico para el café “tiene décadas y está claramente desfasada”, contradice la doctora Doa.
“Hay más información sobre la toxicidad del cloruro de metileno y los niveles a los que causa esta toxicidad”, añadió.
“Esta información, así como datos más recientes sobre la cantidad de café que bebemos -basta pensar en los diferentes tamaños que hay ahora en las cafeterías-, son fundamentales para elaborar una imagen actual de cuánto riesgo podría presentar el cloruro de metileno residual“.
Hoy en día, muchas personas consumen porciones de bebidas o alimentos más grandes que los tamaños estándar más pequeños de hace décadas.
Según sostiene Monique Richard, nutricionista dietista registrada y propietaria de Nutrition-In-Sight, mientras que una taza de café estándar era de 150 s 240 mililitros en un momento dado, el tamaño más pequeño en su cafetería local hoy en día es probable que sea de 350 mililitros.
“Pero todavía no hay muchas investigaciones claras o concluyentes de que la ingesta de niveles residuales en el café provoque cáncer u otros problemas”, dijo Richard, que no participó en las peticiones.
Sin embargo, “es evidente que queremos ser proactivos y conscientes de algunas de estas cosas”, agregó. “Estamos expuestos a tantas cosas ahora, que cualquiera que podamos controlar o preguntar y disminuir en aquella exposición que puede ser perjudicial va a ser ventajosa“.
La investigación sobre cuánto puede soportar el cuerpo humano en términos de carga tóxica está evolucionando.
Los investigadores han ido aprendiendo más sobre la disposición genética y la expresión de los genes, que pueden proporcionar información sobre lo que las células pueden tolerar en términos de agresión al organismo.
“Así que puede que no se trate tanto de lo que contiene realmente el café, sino de qué otros factores están afectando al cuerpo”, dice la nutricionista. “Incluso una cantidad ‘ínfima’ podría ser significativamente destructiva a nivel celular, con el paso del tiempo”.
El cloruro de metileno se ha utilizado durante mucho tiempo en la industria del descafeinado, pero algunas empresas han añadido métodos alternativos a su caja de herramientas o han suspendido por completo su uso.
Starbucks, por ejemplo, tiene tres formas de eliminar la cafeína: el proceso de descafeinado natural, que utiliza dióxido de carbono líquido forzado en tanques de acero inoxidable a alta presión, extrayendo y disolviendo la cafeína.
También está el proceso del agua suiza, que extrae la cafeína de los granos sumergiéndolos en agua caliente. El agua caliente adquiere el sabor de los granos y pasa por un filtro de carbón activado que atrapa las moléculas de cafeína. A continuación, los granos se remojan en esa agua para reintroducir el sabor.
Starbucks dice que su método de contacto directo es el proceso más utilizado, que implica un disolvente que, junto con otros líquidos utilizados, se evapora en última instancia por los granos que se cuecen al vapor, se lavan y se tuestan a más de 204 grados Celsius.
CNN se ha puesto en contacto con Starbucks para confirmar qué disolvente es.
También con Dunkin’ Donuts, para determinar en qué consiste su proceso de descafeinado.
El Clean Label Project (Proyecto Etiqueta Limpia), una organización que analiza productos de consumo en busca de contaminantes industriales y medioambientales ocultos, ha detectado cloruro de metileno en siete de las 17 marcas de café analizadas, según la petición.
Según la Asociación Nacional de Café, los niveles de cloruro de metileno encontrados “eran muy bajos” en la mayoría de esas siete muestras -mientras que el límite seguro de la FDA es de 10 partes por millón, una marca tenía 1,4 partes por millón, otra contenía 3,5 partes por millón, y otra tenía 8,9 partes por millón-.
Doa explicó que los peticionarios creen que “aunque los niveles de cloruro de metileno pueden ser generalmente mínimos, es completamente innecesario, porque existen y se utilizan procesos más seguros para descafeinar el café”.
Añadió que, además de la exposición de los consumidores a niveles bajos, los trabajadores expuestos al cloruro de metileno en las fábricas están sometidos a riesgos mayores e innecesarios.
Que la FDA prohíba o no el cloruro de metileno es una decisión que podría tardar años.
Pero si quieres evitar la posible exposición al cloruro de metileno, la doctora Doa aconseja que, cuando compres café descafeinado, busca envases de productos con etiquetas como sin disolventes.
“Como consumidor, investiga siempre”, recomienda Richard. “Busca todo lo que puedas sobre la empresa. Haz esas preguntas si puedes en la línea de atención al cliente de su sitio web”.
Considera también con qué frecuencia tomas café descafeinado, cuánto y por qué, sugirió también.
“Si te preocupa y tienes confusión al respecto, hay muchos sustitutos sin cafeína”, explica Richard.
Entre ellos, están las bebidas elaboradas con raíz de achicoria, higos y cebada, raíz de diente de león, elixires de setas, cacao, rooibos y yerba mate.
A través de una Cadena Nacional, Gabriel Boric entregó detalles respecto a cómo funcionará el nuevo sistema de financiamiento de la educación superior.