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A lo largo del tiempo, el concepto de masculinidad ha ido mutando. El proceso se aceleró aún más hacia finales de la década del 2010, donde diferentes movimientos feministas pusieron en la palestra la necesidad urgente de alcanzar la equidad de género, tanto en temas de derechos laborales como sociales.

Es con respecto a la nueva posición que está adoptando el hombre en la sociedad que Sana Mente conversó con Pedro Uribe, psicólogo, director de la Fundación Ilusión Viril y autor del libroMasculinidades: Entre la ternura y la tensión“.

El psicólogo comenzó la conversación afirmando que “la agenda de género de los últimos 20 años definitivamente ha cambiado un poco las piezas del puzzle en la sociedad. Cada vez hay más, afortunadamente, hombres que entienden que la causa feminista y la justas demandas de las mujeres son justas y son urgentes“.

Dentro de esa línea, Uribe agregó que “los hombres en nuestro espacio tanto público como privado estamos en una situación de cierta incomodidad y de alguna manera creo que lo que está pasando a nivel social nos está dando una oportunidad para poder ajustarnos a este cambio y yo diría y espero que también contribuya a que podamos relacionarnos de una manera menos violenta y de mayor simetría entre las personas“.

El camino hacia una “nueva masculinidad”

El experto continuó afirmando que actualmente existe una brecha generacional en tanto acceso a la información y educación relacionada con como conllevar la masculinidad de forma sana. Sin embargo, el director de la Fundación Ilusión Viril afirmó que “no es tan cierto que la población joven ya venimos deconstruidos, venimos inmunes a estas prácticas, no es cierto. No es un problema de edad, es un problema social y político“.

Finalmente, el psicólogo afirmó “opino que es importante que los hombres tomemos un rol activo y que podamos empezar a tomar iniciativa y subirnos al carro del cambio social. Hay hombres que incluso han sentido que en esta causa de trabajar con las masculinidades, trabajar con otros hombres, compartir su propio testimonio les había hecho cambiar por ejemplo sentir que su vida tenía un propósito, le dieron una dimensión de trascendencia“.

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