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Las imágenes de grupos de adolescentes vestidos con uniformes saltando torniquetes, desplegando lienzos y sentados en los andenes de distintas estaciones del Metro se volvieron cada vez más y más frecuentes durante las dos primeras semanas de octubre de 2019.

Los estudiantes secundarios se convirtieron en los protagonistas de las evasiones masivas que surgieron ante el alza de $30 a la tarifa del Metro anunciada por el gobierno pocos días antes y que, luego, dieron paso a las protestas, saqueos e incluso incendios en la red de transporte que desencadenaron el estallido social en el país. 

Después de casi un mes de crisis, y en respuesta a ella, el 15 de noviembre los representantes de distintos sectores políticos firmaron el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución, que selló la realización del plebiscito del próximo 25 de octubre, en el que la ciudadanía decidirá si quiere o no elaborar una nueva carta fundamental.

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Sin embargo, precisamente dentro de los no podrán sumarse al proceso están precisamente gran parte de quienes los iniciaron: los jóvenes menores de 18 años, debido a que no cumplen con la edad mínima para votar según la ley.

Fue por esta razón que, en mayo pasado, la Defensoría de la Niñez pidió tanto a la Cámara de Diputadas y Diputados como al Senado que, a través de un acuerdo, se permitiera que los adolescentes sobre los 16 años pudieran participar de la votación.

Ellas y ellos fueron factores claves de las movilizaciones y también de cómo, en definitiva, se produjo este Acuerdo por la Paz que motivó el proceso constituyente”, explicó la defensora de la Niñez, Patricia Muñoz.

La autoridad indicó que “desafortunadamente, hasta la fecha, como Defensoría de la Niñez no hemos recibido respuesta a esa petición“. Sin embargo, agregó que “considerando las etapas que continúan en el proceso de constituyente de prosperar la opción Apruebo, a nosotros nos sigue interesando que este sea un tema que no sólo quede en el discurso sino que también se analice”. 

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Este escenario marca todo un giro con respecto a la percepción que existía hace algunas décadas con respecto a la población más joven, especialmente a la generación de los ’90, conocida como la del “no estoy ni ahí” -debido a la frase de Marcelo Ríos- a raíz de su marcada desafección política.

El sociólogo Daniel Hopenhayn indica que son tres elementos principales que han influido en este cambio: las redes sociales, el movimiento feminista y la caída del discurso de la meritocracia.

En el caso de las primeras, señala que ellas “activan una carga emocional frente a la contingencia política”, mientras que la relevancia del segundo se explica por la difusión de la consigna de que “lo personal es político”.

En tercer lugar, el experto afirmó que, tras el estallido social, esta generación vive una especie de “desmentido de lo que muchos llaman la meritocracia”, que define como “el discurso de mayor cohesión social para todas las edades”. “La gente percibe que en la realidad lo está desmintiendo y esa incoherencia politiza a la gente”, dijo.

Pero más allá de las miradas desde afuera, ¿están interesados los adolescentes en participar del plebiscito? ¿Qué opinan ellos del proceso actual?

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Sofía Mancilla, fanática del K-Pop (13)

—¿Crees que deberían poder votar? ¿Qué otras instancias de participación política se podrían implementar?
—Históricamente, nunca se ha hecho un sufragio donde los menores de edad voten y creo que debería mantenerse. Hay otras formas de mostrar una postura entre el Apruebo y el Rechazo, y más ahora donde las comunicaciones son en Internet, las intervenciones artísticas, las protestas, bailes, todo tipo de intervención. Siempre hemos estado nosotros los estudiantes, eso ha impulsado a quienes no están seguros sin la necesidad de votar.

—¿Cuáles son tus expectativas ante el proceso constituyente?
—La participación de los estudiantes ha sido crucial desde que las marchas comenzaron, representar al grupo de estudiantes en la convención constituyente no creo que sea una idea tan alocada, ya que la educación es principalmente de los estudiantes y profesores, y es importante poder cambiarla durante este proceso. Lo que yo espero del proceso constituyente es que se le pueda dar oportunidades y una vida mucho más digna a las personas, quienes ahora mismo están sufriendo muchas injusticias, también una visibilidad mucho más fuerte para quienes están ausentes, están siendo invisibilizadas, las están dejando de lado. Además, espero que derechos tan básicos como el agua puedan pasar a manos de la gente, así como todo por lo que se ha estado luchando durante estos últimos meses. Finalmente, darle la oportunidad a nosotros, los estudiantes, de poder asegurar que nuestros sueños no serán solo eso y que no es nuestra culpa y que podremos salir adelante.

Isidora Guzmán Silva, fundadora de “Encuentra tu Lugar” (15)

—¿Crees que deberían poder votar? ¿Qué otras instancias de participación política se podrían implementar?
—Es importante que los jóvenes podamos votar, se nos abra esta instancia, para poder dar así nuestra visión de lo que significa este proceso, pero a su vez siento que primero tenemos que estar informados, que se nos tiene que dar la información suficiente para poder expresar nuestra postura de manera fundamentada y creándola por nosotros mismos. Dentro de las nuevas instancias que podrían darse, primero tienen que partir por nuestros establecimientos educacionales, mostrándonos cómo es la educación cívica, cuál es su importancia, una información neutra por la que podamos sacar nuestras propias conclusiones. Con información y educación es la única manera de que uno pueda realmente entender todo y desde una perspectiva personal.

—¿Cuáles son tus expectativas ante el proceso constituyente?
—Espero que a partir de este proceso podamos fomentar mucho más nuestra participación ciudadana, nuestra participación cívica y la motivación de la ciudadanía de dar su opinión. Sea cual sea el resultado, creo que es una gran oportunidad para conocernos más como país, para compartir y para debatir en un ambiente informativo y claro. De la Constitución, sea cual sea, la antigua o la nueva, espero que podamos llegar a algo que todavía no se ha implementado muy bien en nuestra sociedad, que es que esta tenga un punto de encuentro entre la diversidad, las leyes y que se hagan cosas realmente constructivas en torno a lo que esto significa, pudiendo entendernos desde la diversidad y entendiendo que nuestras diferencias son nuestra mejor herramienta para construir un mejor Chile.

Víctor Chanfreau, Aces (18)

—¿Crees que deberían poder votar? ¿Qué otras instancias de participación política se podrían implementar?
—Dentro de su democracia institucionalizada, aún así hemos podido incidir dentro de la política sin votar y les hemos hecho temblar incluso su modelo, entonces la participación hoy día existe. La única forma y garantía que tenemos hoy en día los estudiantes secundarios junto con las organizaciones es la calle. La revuelta no pasó tan sólo por el cansancio ante los abusos, sino que también porque nunca se nos escuchó en estas instancias formales o institucionales. Entonces es una problemática que va mucho más allá del derecho a voto individual, sino que tiene que ver con garantizar a las organizaciones populares la participación dentro de un proceso de transformación como el que estamos viviendo en el país.

—¿Cuáles son tus expectativas ante el proceso constituyente?
—Sabemos que aquí la gente dijo hace mucho tiempo que esta Constitución no iba más, desde el 18 de octubre e incluso antes en las calles, entonces acá esperamos que las demandas del pueblo sean realmente escuchadas, aunque entendemos que exigirlas no es tan sólo votar Apruebo, sino que también es justamente la movilización en las calles y en los territorios. Entonces este es un proceso que va a estar marcado por ciertos sectores tratando de proteger su modelo y sus privilegios, pero sólo con la movilización podemos asegurarnos que los poderosos de este país no sigan engañándonos para enriquecerse más.

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Felipe Mariqueo (15)

—¿Crees que deberían poder votar? ¿Qué otras instancias de participación política se podrían implementar?
—Creo que los jóvenes sí deberíamos votar porque nosotros nos damos cuenta de lo que pasa en Chile y nuestra opinión podría ser muy importante para lograr un cambio. Otras instancias podrían ser que nos pidan nuestra opinión y así tener en cuenta lo que nosotros pensamos.

—¿Cuáles son tus expectativas ante el proceso constituyente?
—Primero, que sea un cambio tranquilo, que se respete nuestra opinión y que sea un cambio bueno para este país.

Josefa Robles, coordinadora de secundarios Nuevas Generaciones UDI (17)

—¿Crees que deberían poder votar? ¿Qué otras instancias de participación política se podrían implementar?
—Estoy completamente en desacuerdo con que se rebaje la edad de votar antes de los 18, primero porque en nuestro país se es mayor de edad a partir de entonces. Creo que no hay que considerar algunas cosas que son de sentido común, por ejemplo, se espera que una persona sea mucho más madura a los 18 que lo que era a los 15 o 16 años. Se espera que esté más informada y que también tenga un pensamiento crítico bastante más desarrollado y todo lo anterior es fundamental a la hora de ejercer ese sufragio. Yo creo que votar no es la única posibilidad y existen muchas formas distintas de poder hacernos parte de los problemas que nos afectan como país y contribuir a solucionarlos, por ejemplo, hay muchas fundaciones distintas que se dedican a hacer voluntariado, misiones, incluso las mismas juventudes de los partidos políticos generan estos espacios.

—¿Cuáles son tus expectativas ante el proceso constituyente?
—Independiente de si gana la opción del Rechazo o del Apruebo, yo espero que ojalá esta sea una forma de ponerle fin a un período que ha sido difícil de afrontar como país, que ha estado marcado por la intolerancia, polarización, violencia y también por la falta de diálogo. Ojalá que esta canalización democrática e institucional nos haga retomar esta senda de estabilidad, certidumbre, que finalmente es lo que necesitamos como país para recuperarnos de esta crisis. Yo estoy convencida de que este 25 de octubre va a ganar el Rechazo. Si bien la actual Constitución es perfectible, yo creo que esta ha sido un faro que nos ha llevado por una senda de progreso, crecimiento y mejores oportunidades en los últimos 40 años. Los chilenos nos merecemos respuestas ahora y no en dos años más. Yo, la verdad, no creo que un Congreso paralelo, que ha quedado claro que va a estar integrado por políticos desempleados, sea la solución a los problemas que hoy afectan a millones de chilenos.

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Nicolás Cruz, Fridays for Future Chile (17)

—¿Crees que deberían poder votar? ¿Qué otras instancias de participación política se podrían implementar?
—Creemos que deberíamos poder votar. El hecho de definir límites de votación e ‘inicios’ en la vida cívica según ‘grupos etarios’, corresponde a una práctica muy adulto céntrica, considerando el hecho de que dos personas con la misma edad pueden poseer habilidades muy distintas. Pudimos apreciar esto de manera concreta en octubre de 2019. Fue una juventud empoderada y consciente de que algo en su vida diaria y alrededores era indigno la que movilizó al país entero y saltó los torniquetes. Creemos también que deben existir otras instancias de participación, como generar una oficina de seguimiento de desarrollo de la malla curricular, donde sea posible presentar debates juveniles sobre los efectos del modelo educativo sobre el desarrollo y aprendizaje. Además, espacios en los ministerios, seremis y gobiernos regionales para presentar una perspectiva juvenil.

—¿Cuáles son tus expectativas ante el proceso constituyente?
—Tenemos muchas esperanzas de que en esta ocasión cambios congruentes puedan ser generados. Es una gran oportunidad que es para nuestro país y nuestro futuro, considerando el contexto de ser una Constitución escrita en plena crisis ecológica mundial y en total notoriedad de la insostenibilidad del actual sistema de ”desarrollo” y un complicado año de crisis sanitaria, una experiencia que dejó en evidencia a mayor escala las falencias sistémicas actuales. Por ello, a pesar de la incertidumbre, tenemos bastantes esperanzas de este proceso y esperamos que de una vez por todas, los derechos de la naturaleza y su intrínseca correlación con lo derechos humanos y el “desarrollo” a diversas escalas puedan coexistir en armonía, a través de la consagración de aspectos fundamentales base en el sistema chileno.

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