Se siguen sumando los gestos de rechazo a la visita del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien llegará el próximo viernes a Chile para formar parte de la primera cumbre del Foro para el Progreso y Desarrollo de América Latina, Prosur, instancia impulsada por Sebastián Piñera y su par colombiano, Iván Duque, en reemplazo de Unasur.

Como parte del evento, el mandatario y la primera dama, Cecilia Morel, ofrecerán un almuerzo oficial en La Moneda en homenaje al mandatario, que se realizará el próximo sábado y para el que extendieron invitación a 90 personas entre autoridades y empresarios.

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Sin embargo, distintos parlamentarios han manifestado que no asistirán a la instancia debido a los planteamientos misóginos, homofóbicos y xenofóbicos que Bolsonaro ha manifestado desde su campaña, y entre ellos se encuentra la mesa del Senado, integrada por su presidente Jaime Quintana (PPD) y el vicepresidente Alfonso de Urresti (PS).

De acuerdo a lo consignado por La Tercera, el primero aludió a “convicciones políticas”, mientras que el segundo aseguró que el presidente brasileño “es un peligro para la democracia de Brasil y para la región. Es un ultraderechista que puede provocar mucho daño”. De Urresti aclaró que su “gesto de desagravio es a Bolsonaro y no al pueblo brasileño”.

Por otra parte, la diputada Maite Orsini (RD), quien este lunes despertó polémica al criticar el dress code de la actividad, también descartó su participación. “Evidentemente no iré a celebrar el machismo y la xenofobia del invitado del Presidente Piñera. El gobierno debe entender que estamos en el 2019 y que una invitación así no es aceptable”, escribió su cuenta de Twitter.

 

La misma determinación tomó su compañero de coalición en el Frente Amplio, el diputado Vlado Mirosevic (Partido Liberal), quien además integra la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara, y que calificó al mandatario como “una amenaza para los valores republicanos, aquellos que sustentan la democracia”.

Mirosevic dijo entender que Piñera como jefe de Estado está obligado a recibirlo y relacionarse con Bolsonaro, “pero lo que no comparto es el tono de admiración y complicidad política que Piñera y también Van Rysselberghe tienen con Bolsonaro. Él es un mal ejemplo para Chile”.

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