Agencia UNO

El ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, participó de una actividad organizada por la Asociación de Municipios Rurales (Amur), la Federación del Rodeo Chileno (Ferochi) y la Municipalidad de Pirque, instancia en que mostró un importante respaldo al cuestionado deporte criollo.

Durante esta jornada, el secretario de Estado fue testigo de la firma del convenio entre Amur y Ferochi, colaboración que busca fomentar el “conocimiento y desenvolvimiento del mundo rural, el desarrollo social, cultural y deportivo”, junto con la “promoción, desarrollo y divulgación de las tradiciones chilenas y del bienestar animal”.

En esa línea, Valenzuela hizo público su apoyo al mundo rural, del que dice ser parte durante años.

“Mi madre es de Doñihue y su familia es productora de aguardiente, mientras que mi esposa viene de una familia de crianceros, somos parte de este mundo (…) Tenemos claro el amor y el respeto hacia estas tradiciones”, sostuvo.

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Respecto a las críticas que las organizaciones animalistas han hecho al rodeo, el ministro señaló que: “Aquí hay pluralismo”.

“Hemos recibido a animalistas que tienen sus razones y estamos escuchando para mejorar esas peticiones y la industria lo tiene claro. Pero no comparen el rodeo con el salvajismo de otros deportes, no tienen nada de igual, aquí no se matan a los animales”, zanjó.

Cabe señalar que el pasado 12 de septiembre, la ONG Animal Libre pidió al Comité Olímpico de Chile (COCh) que rechace al rodeo como deporte nacional, argumentando que la actividad contempla maltrato hacia los animales y que es rechazada por la “mayoría de chilenas y chilenos”.

Animal Libre argumenta que el rodeo “consiste básicamente en aterrorizar a un novillo para hacerlo correr y luego ser detenido violentamente con un golpe, para el que se utilizan dos caballos”. Asimismo, sostienen que “la evidencia del maltrato, el estrés, el sangramiento, las lesiones internas, como los golpes del colero para moverlo, han sido documentados por veterinarios y medios de comunicación en forma suficientemente profusa como para seguir ahondando en esta carta”.

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