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Luigi Zingales, economista y académico de la Universidad de Chicago, llegó a Santiago para participar en Congreso Futuro 2020. Su visión crítica sobre el capitalismo ha llamado la atención viniendo de un catedrático del corazón de este modelo económico. Sus intereses se extienden desde gobernanza corporativa hasta el desarrollo financiero, economía política y efectos económicos de la cultura, co-desarrolló el índice de confianza financiera en EEUU.

“Confrontamos momentos importantes, Chile está saliendo de 30 años de un éxito económico fenomenal: el ingreso per cápita ha crecido mucho, la educación también, la pobreza ha caído dramáticamente e incluso la inequidad o desigualdad ha caído a pesar de que en el resto del mundo hemos visto una tendencia en la dirección opuesta”, así comenzó su intervención en el panel “Crecer”, que compartió con Jeannette von Wolfersdorff, presidenta de la Bolsa de Comercio de Santiago.

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Si todo esto estaba ocurriendo, ¿por qué vimos este estallido social y tantas protestas violentas? No podemos olvidar ni ignorar la violencia. No podemos ignorar la rabia que ha llevado a eso. Detrás de esa rabia hay un problema y ese problema debe ser abordado si queremos que el crecimiento chileno siga en el futuro“, sostuvo.

El economista reflexionó sobre las injusticias que genera el modelo capitalista cuando sus reglas son aplicadas de forma selectiva por los que las conocen bien, en detrimento de los más vulnerables. Puso como ejemplo cuando sus hijos pequeños jugaban el juego de mesa Monopoly: su hija más pequeña lloraba de rabia porque sentía que su hermano mayor le hacía trampa, pero en realidad el chico solo estaba aplicando las reglas del juego de forma selectiva a su favor.

“Yo siento que eso fue lo que pasó en Chile. En Italia ocurre una situación similar (en el fútbol): cuando un equipo gana. el otro acusa. Es una expresión de rabia. Pero si uno empieza a cuestionarse la imparcialidad del árbitro, entonces la rabia se transforma en un movimiento, en violencia en protestas“, dijo.

Zingales aseguró también que no importa cuán bien estén los indicadores económicos si la capa social no es atendida y se deja florecer la desigualdad. Ese desequilibrio tarde o temprano se manifiesta. “Lo que les digo es que, a pesar del gran éxito de la economía chilena, la razón por la cual muchas personas necesitan expresar su protesta, así como lo hacía mi hija, es porque ellos sienten que la economía chilena es débil y yo temo que esa no es una mala percepción, sino que es muy real”.

La mala aplicación del sistema capitalista en Chile fue definida por el economista: “Lo que yo le cuento a los estudiantes de MBA que van a la Universidad de Chicago: creo que la economía chilena se ve como un país icónico en términos capitalistas. Pero creo que hay un término mejor: es un capitalismo de amigotes, de yernos. En el fondo la idea es la misma“.

No digo que Chile no sea capitalista, sí lo es, pero han adoptado un capitalismo que no produce beneficios para todos y hay diferentes tipos de capitalismo y si no entienden eso van a estar en problemas”, precisó.

El académico de la Universidad de Chicago estableció ciertas diferencias en las formas de capitalismo. A su juicio, hay un tipo de capitalismo conservador y otro lo define como capitalismo popular. El primero, enfatiza principalmente la importancia de la protección de los derechos de propiedad, es muy importante esto en cualquier forma de capitalismos, pero a veces es “demasiado de algo bueno”.

El “capitalismo competitivo” es otro que definió Zingales. “La competencia es la esencia del capitalismo para que funcione para todos. El término ‘competencia económica’ en el diccionario dice que es el esfuerzo de uno o dos partes que actúan de manera independiente. Ofreciendo los términos más favorables. Entonces, es la competencia, como una acción independiente, lo que va a asegurar a los consumidores que obtengan los precios más bajos“, explicó.

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Zingales cuestionó los TAG, contó su experiencia cuando iba del aeropuerto a su hotel. “Le pregunté al taxista cuánto pagaba del aeropuerto al centro y me dijo 10 dólares; le pregunté cuánto era su ingreso mínimo y me dijo 400 dólares, entonces eso no suena muy bien. El precio de la carretera es muy alto, ¡es un monopolio! No hay competencia y los precios no son los mejores para los consumidores”, dijo.

Con este ejemplo sobre el alto costo de los TAG y el sistema monopólico, el economista quiso ilustrar que la competencia no solo garantiza mejores condiciones para los usuarios sino que reduce la inequidad. “La competencia es lo que hace a las personas libres. La competencia destruye el poder de las personas que están por encima de usted“, enfatizó.

También se refirió a la colusión. Explicó reformas que son necesarias para evitar este tipo de delitos financieros que perjudican a las personas y acentúan las desigualdades. “En Chile los conglomerados subsidian, porque así tiene un crédito arancelarios por los impuestos que pago a nivel más bajo. Cada vez que las cosas aumentan yo no pierdo nada. Como resultado muy pocas personas, a través de conglomerados y apalancamientos, pueden concentrar una gran cantidad de poder. Entonces la oportunidad de estar en la misma sala con gente conspirando se maximiza“.

Tienen que poner aranceles apropiados a las empresas y eso va a cambiar al sistema. Esto lo aprobó (Theodore) Roosevelt en EEUU y funcionó bastante bien, había muchas pirámides que controlaban los servicios público y eso ya no existe”, propuso Zingales como una de las medidas que describió como necesarias para que el capitalismo funcione para todos y no solo para un grupo de amigos.

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Castigar la colusión con mayor severidad y una reforma tributaria fueron el eje de sus planteamiento de este economista que critica más que al capitalismo, cuestiona su mala aplicación en contextos en los que unos pocos concentrar poder y capital a través de la manipulación de las reglas del capitalismo, lo cual abre las brechas de la desigualdad pese a índices de crecimiento que en números lucen favorables, pero en la práctica la ciudadanía siente que algo está mal, como dijo, sentía que era lo que ocurre en el país y que fue el detonante del estallido social.

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