La muerte casi provoca que los creadores de “Todos Juntos” colgasen los instrumentos para siempre.
La muerte es parte de la vida. Así lo entendió cada integrante de Los Jaivas, luego de haber sobrevivido al fallecimiento de tres de sus integrantes. El primero en partir en un trágico accidente automovilístico fue Gabriel Parra en 1991. Para su hermano Claudio, pianista y tecladista de la banda “fue la más dura, porque nosotros nunca habíamos pensado en la muerte”, expresó en entrevista con CNN Chile.
El año 2003, Eduardo “Gato” Alquinta falleció en Coquimbo de un infarto al corazón. Dos días después de la partida del “Gato”, muere el pianista del Grupo Congreso. Para ese entonces Congreso tenía una presentación agendada a la que invitaron a tocar a Claudio Parra, cosa que en palabras de Eduardo “Tilo” González, compositor de Congreso, significó una gran medicina.
Los Jaivas se reponen de la pérdida de su voz y guitarrista gracias a los hijos de Alquinta, quienes ocuparon el rol de su padre en la banda. Para la muerte de Gabriel utilizaron la misma fórmula, siendo Juanita Parra quien se integró para reemplazar a su padre. Pero un año más tarde, en 2004, muere Eloy Alquinta también de un infarto.
Han pasado cincuenta años desde que se subieron por primera vez al escenario, en el Teatro Municipal de Viña del Mar, y a pesar de la muerte y del tiempo, Los Jaivas siguen vigentes en la música nacional.
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