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Diego López García, investigador del Cigiden sostuvo que existen zonas con “suelos blandos” que amplificarían nuevos movimientos sísmicos.

Este miércoles se conmemoran tres años del terremoto de 8.8 grados Richter que afectó al país el pasado 27 de febrero del 2010. Es por esto que ingenieros de la Pontificia Universidad Católica de Chile realizaron un estudio sobre las construcciones en Chile y si éstas, se encuentran preparadas para un nuevo terremoto con características similares.

Diego López García, investigador del Centro Nacional de Investigación para la Gestión Integrada de Desastres Naturales (Cigiden) explicó que  “la norma de construcción chilena es la óptima”; sin embargo, manifestó que es necesario tomar las medidas adecuadas en sectores específicos donde existen suelos blandos, como por ejemplo en Huechuraba.

“Los suelos blandos amplifican el movimiento sísmico y en consecuencia impone mayores demandas sobre las estructuras” recalcó López.  

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