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Portugal era uno de los pocos países de Europa que, de cierta forma, se mantenía al margen de la llamada derecha radical populista y su auge en dicho continente. Ahora, el partido Chega!, que en la elecciones de 2019 logró solo un escaño parlamentario, podría convertirse en la tercera fuerza política de ese país si se cumplen las proyecciones para los comicios anticipados en enero del próximo año.

En un reportaje especial de Isa Soares, periodista de CNN, recorre el pueblo de Alentejo para conocer más de este fenómeno. José Costa Algulha, agricultor de aceitunas, dice que “si la gente tiene trabajo y una vida tranquila, eso es lo que quiere la gente aquí y en todas partes; Todo lo que quieren es trabajo y suficiente dinero“.

Los pueblos son tierra fértil para la recolección política y el partido populista Chega!, cuyo nombre literalmente significa “basta“, está disminuyendo sus preocupaciones. Pese a esto, Algulha dice que el partido no obtendrá su voto en las elecciones anticipadas. “Chega es un individuo que dice todo lo que le viene a la mente, abre la boca y dice lo que sea y la gente aún no se da cuenta del peligro que hay detrás“.

Mientras él le da la espalda al partido más grande de la extrema derecha en Portugal desde el fin de la dictadura, en un café local otra persona piensa distinto. Mário Carrasco, otro agricultor, critica que hay “tanta gente viviendo del Estado, sin querer hacer nada” y afirma que junto a toda su familia votarán por Chega!, porque están “hartos de la gente que recibe beneficios“.

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“Para seguir ganando, los otros partidos recurren a esta gente; ‘Acá hay dinero’, dicen, ellos apoyan la corrupción“, manifestó Carrasco. En tanto, bajando por la calle se encuentra José Francisco Agostinho, quien ha sido panadero por 25 años, que dice que no sabe si votará por el partido. “Chega ha sido fuerte acá, podrían cambiar las cosas un poco“. En la pequeña comunidad agrícola, Agostinho dice que los gitanos “se están aprovechando del sistema“.

“Ellos son más que nosotros, luego hacen lo que quieren, quieren estar a cargo y eso no puede ser”, manifiesta el hombre. Mientras él y otros creen que Chega! podría mejorar su calidad de vida, muchos en Portugal tienen temor por el creciente apoyo a un partido considerado xenófobo por sus posturas en torno a la inmigración y la comunidad gitana.

María Cardas, gitana, dice que André Ventura, líder del partido, se está aprovechando de ellos para conseguir votos. “Él es my cruel con los gitanos, hay mucho racismo y habla muy mal contra nosotros”. Una madre gitana va más allá: “Queremos trabajar, pero quién le da trabajo a un gitano“.

Se espera que el partido Chega! sacuda al mapa político, siendo potencialmente clave en la próxima elección. En conversación con Ventura, dice que el partido “ha llegado para quedarse“. Al ser enfrentado a las acusaciones de racismo, dice que “no me considero racista por querer resolver el problema con una comunidad, lo que decimos es que hay algo particular aquí, una sección dominante dentro de la comunidad que vive en este patrón y tenemos que solucionar el problema”.

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Su lenguaje durante la entrevista es moderado, más conciliador, pero sus políticas no son así. Consultado sobre si se compara con otros líderes políticos del mundo, Ventura señala ser “relativamente cercano, y hemos tenido contacto, con Bolsonaro en Brasil, pero no me siento cercano en términos de estilo o contenido”. Tampoco dice sentirse cercano a Donald Trump “en estilo, pero en términos de contenido, algunas políticasalgunas ideas, estamos de acuerdo con ellas”.

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