El presidente de Brasil Jair Bolsonaro, relató en una entrevista con La Nación, de Argentina, algunos de sus pensamientos más íntimos.
“Durante la campaña me demonizaron, me llamaban racista, fascista, homofóbico, misógino… la primera vez que fui llamado misógino no sabía qué era eso, tuve que meterme en Google y enterarme de que es alguien a quien no le gustan las mujeres. ¡Ahora resulta que soy gay!”, dijo el presidente brasileño.
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Luego de relatar lo anterior, reflexionó: “¿Cómo una persona puede ser todo eso y ganar las elecciones? Encima con un sistema de voto electrónico en el que nadie cree, pero como tuve tantos votos, era difícil hacer fraude”.
Las encuestas en Brasil respaldan que la ciudadanía considera que el gobierno carioca está debilitado. Por lo mismo, el presidente fue consultado por una autocrítica “¿o no cree en las encuestas?”, le preguntaron.
“Nadie cree en las encuestas en Brasil”, aseguró. “Si usted saliese conmigo a las calles vería que es diferente. Le puedo mandar videos por WhatsApp. No es así. No estoy preocupado en ser buenito, quiero lograr mi objetivo, cumplir mi misión”, comentó el presidente.
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Al pronunciar la palabra “misión”, se le hizo la pregunta clave de la entrevista: “¿Cuál es la misión que tiene?”
“Yo tengo una misión de dios”, aseguró Bolsonaro. “Fue un milagro estar vivo (después de sufrir un atentado el pasado 6 de septiembre) y otro milagro es haber ganado las elecciones”, dijo el carioca.
“Dios me ha ayudado también mucho en la elección de mis ministros”, concluyó.
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