El proyecto, centrado en el desarrollo del reactor modular ACR-300, podría posicionar al país trasandino como pionero global en la comercialización de reactores SMR, en un intento por atraer inversiones y sumarse al negocio que ya seduce a gigantes como Google, Amazon y Microsoft.
En medio de una economía golpeada por la inflación y con el 40% de su población bajo la línea de pobreza, el gobierno de Javier Milei está impulsando una ambiciosa jugada: posicionar a la Argentina como líder mundial en energía nuclear aplicada al desarrollo de inteligencia artificial (IA).
El eje de esta estrategia gira en torno a los reactores modulares pequeños, conocidos como SMR por sus siglas en inglés (Small Modular Reactors). Si el plan tiene éxito, Argentina podría convertirse en el primer país con estos reactores disponibles comercialmente y el tercero en tener uno operativo, después de China y Rusia.
La iniciativa está liderada por Demian Reidel, físico, economista y actual director de Nucleoeléctrica Argentina, la empresa estatal encargada de operar las plantas nucleares del país.
“Este es mi bebé. Mi idea”, dijo Reidel en una entrevista con Rest of the World, convencido de que la energía nuclear será clave para responder a la explosiva demanda energética que requiere la inteligencia artificial, recogió Radio Biobío.
En el centro del plan está el ACR-300, un SMR desarrollado por la tecnológica argentina INVAP y patentado en Estados Unidos.
El proyecto cuenta con el respaldo de un inversor estadounidense cuyo nombre no ha sido revelado. Según Reidel, el inversor no solo aportará capital, sino que también será accionista del nuevo esquema, aunque no se conocen detalles sobre la participación estatal ni cómo se estructurará la sociedad.
Los SMR son reactores compactos, transportables y escalables, lo que los hace ideales para ser instalados cerca de centros de datos, minimizando pérdidas energéticas. Reidel sostiene que solo una fuente “limpia, escalable y estable” como la energía nuclear podrá sostener el salto energético que exige el desarrollo de la IA.
Grandes compañías tecnológicas como Google, Amazon y Microsoft ya han comenzado a cerrar acuerdos millonarios con proveedores nucleares en Estados Unidos. Argentina quiere sumarse, pero no solo como cliente, sino como jugador global en la cadena de valor energética.
Hoy el país cuenta con cerca de treinta centros de datos, un número bajo comparado con las potencias tecnológicas. Sin embargo, el mercado de IA y procesamiento de datos locales ya mueve unos 233 millones de dólares y podría superar los 400 millones para 2034, según estimaciones privadas.
No obstante, hasta ahora, los esfuerzos del presidente Milei por atraer inversión extranjera no han rendido frutos visibles.
En mayo de 2024, Milei viajó a Silicon Valley para presentar su visión de una Argentina “desregulada y abierta a los negocios”.
El tour incluyó fotos con Elon Musk, una reunión con Sam Altman y un breve encuentro con Mark Zuckerberg. Pese al entusiasmo, los resultados concretos fueron limitados: Starlink, propiedad de Musk, obtuvo autorización para operar en el país, pero no se anunciaron inversiones significativas.