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El norte de Chile es un lugar rico en minerales, pero también esconde bajo la tierra tesoros que son claves para reconstruir la historia. Estos territorios tienen un gran valor arqueológico, lo que obliga a la industria minera a extraer recursos cuidando este patrimonio.

“La cuestión arqueológica y paleontológica tienen una condición bien especial y es que no la vemos, principalmente está bajo el suelo y, por tanto, al desarrollar excavaciones es que ese patrimonio va a aparecer”, explicó Erwin Brevis, secretario técnico del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN).

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El experto recalcó que, al ser un patrimonio que no es visible, “es muy importante estudiarlo antes”. Todos estos sitos y piezas arqueológicas son protegidas por el Estado bajo la Ley de Monumentos Nacionales, lo que obliga a las mineras a estudiar estas zonas y resguardarlas ante eventuales trabajos en ellas.

El escenario ideal es que no sucedan hallazgos fortuitos, sino que se pueda desarrollar un trabajo de investigación fuerte (…) para entregar la mayor cantidad de información a los titulares para que tomen las mejores decisiones y podamos proteger ese patrimonio”, agregó Brevis.

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Un ejemplo es lo ocurrido en el proyecto Quebrada Blanca de Teck. Durante la construcción del puerto en la costa de la región de Tarapacá se encontraron cuatro fosas mortuorias, las que podrían corresponder a restos humanos, que se estima habitaron entre el 1.100 y 400 a.C. en ese lugar.

Brevis catalogó este hallazgo como “increíble”, ya que las momias “estaban en muy buen estado, con un contexto fúnebre que nos va a permitir, no solamente conocer a esa cultura, sino que también cómo se alimentaban”. Tras este hallazgo la minera detuvo los trabajos y realizó el rescate.

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“Lo que tiene que suceder es que esa obra se detenga en el lugar del hallazgo, se defina un polígono de protección y se informe al CMN, que es la entidad que autorizará posteriormente la continuidad de obras. Cualquier daño que se haga en él, constituye un daño al estado”, detalló Brevis.

Las mineras también realizan otros aportes y un ejemplo de ello es el apoyo económico de Escondida BHP al Museo Chileno de Arte Precolombino. “Tenemos una alianza programática muy activa. Ellos han sido nuestros socios en cada una de las exposiciones que hemos hecho”, sostuvo Cecilia Puga, directora del museo.

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