El gerente general de PacificBlu, Marcel Moenne, se refirió al cierre de la planta procesadora de jibia en Talcahuano que dejará a 400 personas sin trabajo, lo que atribuyen “absolutamente” a la nueva ley de la jibia.
“Una vez que se promulgó la ley y se dio el plazo de seis meses para ver la posibilidad de convertir nuestros barcos de arrastreros a poteros, hicimos responsable y seriamente todos los análisis (…) y llegamos a la conclusión que no es factible un barco arrastrero convertirlo en potero, menos en este mar en la octava región, menos con jibias del tamaño que son”, dijo Moenne en entrevista con Agenda Económica.
En esa línea, el gerente general de PacificBlu aseguró que bajo ese análisis el directorio de la empresa tomó la decisión de dejar de lado la extracción y el procesamiento de la jibia.
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Otro de los negocios de PacificBlu es la extracción de merluza, la que según Moenne forma parte de la mitad del trabajo de la empresa. “Vamos a seguir en la actividad de la merluza”, señaló el gerente general.
Barco potero o de arrastre
Según el informe de la Comisión de Pesca, Acuicultura e Intereses Marítimos de la Cámara de Diputados, el director del Instituto de Investigación Pesquera, Aquiles Sepúlveda, planteó que era inviable adaptar barcos de arrastre para convertirlos en poteros.
“Precisó que desde el punto de vista de la estructura de las embarcaciones, se vuelve totalmente inviable una modificación de las embarcaciones pues, por la naturaleza del arte de pesca involucrado, se vuelven incompatibles”, consigna el informe.
Más adelante, es más categórico: “No se puede adaptar un buque que opera con redes de mediagua a uno potero“.
Lámina presentada ante la Comisión de Pesca, Acuicultura e Intereses Marítimos.
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Las palabras de Sepúlveda coinciden con las de Moenne, quien señaló que “la plantilla del barco no permite instalar dos o tres máquinas” del tipo potera.
“Hay una razón técnica por la que es imposible transformarlos“, agregó Marcel Moenne.
Con todo, el gerente de la empresa adelantó que PacificBlu no verá su fin como tal, y que será sólo la línea de jibia la que será cerrada.
Un tercio de los trabajadores sin empleo
El término de la planta de Talcahuano genera así el despido de 400 personas, que según Moenne representan un tercio del total de trabajadores.
Sin embargo, para ellos no era desconocido el análisis que se hizo desde el directorio. “Ellos lo entienden perfectamente“, señaló Moenne.
“Tanto la empresa como nuestros dirigentes seguimos muy de cerca esta discusión del proyecto de jibia. Sabemos perfectamente que nuestra actividad es 100% sustentable. Nos cuesta creer que esta ley se haya aprobado”, señaló Moenne.
Finalmente, aseguró que “ellos (los trabajadores) han vivido el proceso con la misma perplejidad y angustia que lo hemos vivido nosotros“.
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