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Transparencia, una palabra que ha estado ausente en las Fuerzas Armadas y de Orden. Sólo una investigación criminal nos está permitiendo conocer en qué se gastaban realmente millones en gastos reservados del Ejército: lujos personales en plata que debía estar destinada a seguridad nacional.

Ahora la Corte Suprema ha determinado que hubo una “falta o abuso grave” del Ejército al denegar información solicitada por Ley de Transparencia. Se trataba de gastos en vestuario y calzado, y no de adquisiciones que afectaran la seguridad nacional.

No es el único caso en el Ejército de negativa a dar datos de gastos y hay también otro juicio entre el Consejo Para la Transparencias y la Fach. Prácticas que hacen sospechar más en medio de todos los casos de corrupción que conocemos.

Se necesita más transparencia y no más opacidad. Algo en lo que ha comenzado a avanzar el Ministro de Defensa pidiendo, por ejemplo, rendición detallada de los gastos reservados.

Ahora, un grupo transversal de parlamentarios de RN al PC y el Frente Amplio propone que sea el Consejo de Seguridad Nacional (Cosena) el que ayude a auditar los gastos militares reservados. Es decir, un organismo compuesto por los mismos jefes de las FFAA y de orden, y por las autoridades civiles que han sido incapaces de tutelar esos gastos.

No parece la mejor forma de dar garantías de que nunca más se desvíe la plata de todos los chilenos con la consabida excusa de la seguridad nacional.

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