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El libro Historia económica de Chile desde la independencia reúne a importantes especialistas, quienes analizaron distintos momentos históricos del país, pero desde una perspectiva económica.

Uno de sus capítulos, escrito por Mario Matus y Nora Reyes, estudia en detalle los salarios de los trabajadores chilenos entre 1886 y 2009. Uno de los temas tratados por los autores ha cobrado especial relevancia durante los últimos meses: la inflación.

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La inflación ha cumplido un rol fundamental. De los cinco grandes derrumbes que detectamos en los salarios de los trabajadores (…) tres de ellos fueron causados directamente por un aumento desmedido de la emisión monetaria y por políticas que fueron demasiado expansivas en su época”, explicó Matus.

El doctor en Historia Económica de la Universidad de Barcelona detalló que el primer derrumbe fue entre 1905-1908, cuando se generó un brote inflacionario que propició la llamada cuestión social. La segunda caída ocurrió entre 1955-1957 y la tercera en 1972 durante el gobierno de la Unidad Popular.

Crédito: Nora Reyes y Mario Matus (Gráfico sobre la evolución de los salarios)

En conversación con CNN Chile, Matus afirmó que esos tres momentos están directamente vinculados con inflación. Sin embargo, al verlo desde una perspectiva más amplia, los otros dos derrumbes ocurridos en 1929 y 1982, también “fueron empeorados por políticas monetarias y fiscales expansivas”.

La caída ocurrida en 1929 se debió a que el presidente Carlos Ibañez del Campo “expandió mucho el crédito y el consumo, agravando el impacto de la crisis mundial”. Por su parte, la de 1982 fue causada por los Chicago Boys, quienes “expandieron el consumo del crédito en base al endeudamiento“.

Control de la inflación

El especialista detalló que uno de los factores que causó la aparición de los brotes inflacionarios fue la falta de independencia del Banco Central. “Hasta el año 1886, lo que ocurrió fue que no era un ente autónomo y, por lo tanto, estaba muy subordinado a las políticas de cada uno de los gobiernos”.

“A partir del año 1886 empezamos a ver un control cada vez mayor de la inflación (…) En la medida en que el Banco Central logró su independencia, efectivamente ahí empezamos a dejar atrás un flagelo que había estado acompañándonos todo el siglo XX”, recalcó Matus.

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Actualmente, algunos sectores han cuestionado la autonomía del Banco Central y han pedido que se revise, por ejemplo, en la nueva Constitución. Para Matus, una reducción de la autonomía de esta entidad “sería un mal y muy inadecuado paso”.

“Lo que ha permitido que los últimos 36 años los salarios de los trabajadores crezcan casi en interrumpidamente ha sido el hecho de que el Banco Central puede frenar decisiones que sean equivocadas por parte del gobierno de turno. Es decir, pone el tono de cordura”, concluyó.

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