Hace algunas semanas, el Congreso de Diputados de España aprobó la ley que despenaliza y regula la eutanasia. El proyecto ahora avanzó en su tramitación parlamentaria y se espera la resolución final del Senado.
Esta situación ha provocado un gran debate entre la ciudadanía y el personal médico. “Todavía tenemos esperanzas de que no se apruebe, es verdad que esta esperanza cada vez es más pequeña, pero todavía tenemos”, sostuvo Manuel Martínez-Sellés, presidente del Colegio de Médicos de Madrid.
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El médico manifestó que esta aprobación les preocupa, ya que “destruye la relación de confianza médico-paciente”. Asimismo, recalcó que la eutanasia y el suicidio asistido “han sido reiteradamente criticadas y condenadas por la Asociación Médica Mundial”.
“El código deontológico que tenemos los médicos de España impide la eutanasia, es decir, matar a los pacientes, aunque este lo solicite. Por lo tanto, sería una gran agresión a la profesión médica y nos obligaría a ir contra nuestro código y juramento hipocrático“, señaló Martínez-Sellés a CNN Chile.
El médico explicó que, en vez de la eutanasia, lo que debería aprobarse en el país es una ley de cuidados paliativos “que permita acabar con el sufrimiento que tiene nuestros pacientes, no acabar con los pacientes que están sufriendo”. “España es un país donde estos cuidados están infra desarrollados”, dijo.
“Estas atenciones paliativas deberían implementarse precozmente para que los últimos meses de vida de estos pacientes tengan una máxima calidad. Lamentablemente esto no se está haciendo y, en vez de implementarlo, la única alternativa que se va a dar a quienes están sufriendo es matarlos”, enfatizó.
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De aprobarse esta ley, España se convertiría en el sexto país del mundo y cuarto en Europa en dar la posibilidad de decidir sobre el fin de la vida a personas con condiciones graves de salud. Sin embargo, Martínez-Sellés declaró que en el caso actual “se ha ideologizado mucho el debate”.
“Se intenta vender la eutanasia como progresista y de izquierdas, cuando es todo lo contrario (…) Es particularmente peligrosa para los más débiles, desde el punto de vista clínico, pero también del socioeconómico. Por lo tanto, lo que se ha intentado transmitir en España es un engaño”, concluyó.
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