El Gobierno se encontraría analizando la posibilidad de cambiar y relajar algunas de las medidas sanitarias que se han implementado durante estos años de pandemia.
“La pandemia no ha terminado. (…) La variante Ómicron Ba.2 se está haciendo predominante en todas partes del mundo. Hay brotes muy importantes en China, Hong Kong y se mantienen muy ocupadas las unidades de tratamiento intensivo de Europa”, dijo el ex ministro de Salud, Jaime Mañalich.
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El médico señaló a CNN Chile, que, a pesar de este contexto, las medidas sanitarias deben modificarse “de acuerdo con la realidad epidemiológica de un país concreto”. “Nosotros en este momento vemos que los números de infecciones nuevas, hospitalizaciones y fallecidos van a la baja en todo el país”.
El ex secretario de Estado sostuvo que la variante Ómicron “está cediendo”, pero insistió que en las escuelas no se pueden abandonar las estrategias de “testeo, trazabilidad y aislamiento”, ya que la pandemia -y la consecuente educación a distancia- “produjo un gran impacto de en los niños”.
“(Este impacto) Lo estamos viendo ya en el aumento de las adicciones a las drogas, en las manifestaciones de violencia, bullying, que han sido un tema en la agenda la semana pasada y en el daño de la salud mental de los niños, por lo que las estrategias no se pueden abandonar”, dijo.
La actual ministra de Salud, María Begoña Yarza, se abrió a flexibilizar el uso obligatorio de mascarillas contra el COVID-19 en espacios abiertos. Al respecto, Mañalich afirmó que “la evidencia apunta a que flexibilizar el uso de mascarilla al aire libre no sería un gran problema en la escuela”.
“La misma evidencia apunta también a que mantener las salas de clases -a pesar de que ya viene el frío- lo más airadas posibles, además de seguir utilizando las mascarillas en las salas de clases, es algo sensato y adecuado a la realidad de contagios del COVID-19”, agregó.
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Por otra parte, el ex ministro calificó como una “mala idea” la posibilidad de reducir los aforos en las salas de clases, ya que “significa dejar a niños en sus casas, que es lo que se quiere evitar y, además, supone confiar en algo que sabemos que no ha ocurrido que son las potenciales ventajas de la tele educación. Sabemos que la educación a distancia ha sido un fracaso”.
“En ese contexto, yo creo que la lucha por mantener la presencialidad continua de clases -independiente (…) de que podríamos ver un aumento de las infecciones por COVID en las próximas semanas- tiene que ser una meta intransable. (…) y, en mi opinión, faltan medidas concretas (…) que tienen que ir por la vía de acentuar el testeo y la trazabilidad para mantener las escuelas protegidas”, concluyó.
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