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El confinamiento obligado por la pandemia de coronavirus es útil para contener la curva de contagios y proteger la salud de millones de personas. Pero, hay problemas preexistentes que el tiempo de convivencia en el hogar y las limitaciones inherentes a la cuarentena exacerban. Uno de ellos es la violencia en el hogar que abarca la violencia infantil y la violencia de género.

Niños, niñas y adolescentes son quizás, el eslabón más débil de este problema. Es por ellos que Karim Butte conversó con Ludmila Palazzo, especialista de protección de los niños de la Unicef. 

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Lo que se sabe es que, aunque esta emergencia específicamente, no tiene un impacto fuerte en los riesgos de la salud de la población infantojuvenil, miles de niños están afectados por la violencia como un riesgo asociado a otras medidas de esta emergencia el encierro, las condiciones como el hacinamiento”, explica la experta.

Hay otras vulnerabilidades que impactan en el estrés familiar y que se ven potenciadas por las condiciones en las que se vive en confinamiento. “Como la falta de empleo, los ingresos que pueden haber bajado y hay mucha preocupación por el COVID-19 y la situación de salud de los familiares y eso aumenta el estrés de las familias“.

La representante de Unicef recalcó que las tensiones aumentan por diversos factores como los mencionados, pero además los cuidadores, sean padres o familiares, no tienen disponibles las escuelas para que los menores pasen tiempo de su formación en los recintos educativos y, también, deben hacerse cargo de sus labores educativas en casa.

Este factor, además incide en la desprotección de los menores. “Todo eso aumenta el riesgo de sufrir violencia para los niños, tanto física como psicológica. Por eso no significa mucho la reducción de las denuncias, porque los niños tienen los mecanismos de protección reducidos, no tienen la escuela, los entornos y otros familiares que tal vez denunciarían”.

Esto significa que los mecanismos de denuncia no están accesibles para quienes pudieran hacer las denuncias y, por lo tanto, no significa que la disminución en los reportes sea una baja en la violencia que sufren los niños, niñas y adolescentes.

Recomendaciones

En primer lugar, Palazzo hace un llamado a las autoridades y medios de comunicación a hacer esfuerzos por divulgar ampliamente las vías de denuncia para que la población tenga la información y, en especial, le llegue de alguna forma a los niños.

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Pero, más importante, a su juicio, es prevenir. “Ayudar a que las familias, que estas situaciones de estrés no generen más violencia. Y poner atención que, donde hay violencia de género, y hay niños en el ambiente, probablemente también sufran violencia. Ser testigo también es ser víctima de violencia”.

Conocer los casos es fundamental, pero la representante de Unicef enfatiza que los más valioso es que las autoridades cuenten con programas de atención a las familias para que puedan construir ambientes y entornos más seguros para los niños en un momento en el que las escuelas están cerradas.

Agrega que esta también es una oportunidad que tienen las familias para conocer mejor a sus hijos, contribuir a su desarrollo y que los niños aprendan otras formas de interactuar. “Los niños también son seres sociales que están sin sus amigos de la escuela y van a tener que construir nuevos lazos que tal vez habían perdido con la familia. Es una oportunidad de retomar esos lazos de apoyo mutuo, de convivencia, de solución pacífica de conflictos en la familia”.

En cuanto al Estado, Palazzo considera que es un obligación de las instituciones gubernamentales disminuir todo tipo de estrés asociado a la pandemia por COVID-19. “Por ejemplo, las medidas de apoyo económico a las familias en este momento es sumamente importante, porque las familias ven sus ingresos reducidos y eso aumenta la violencia en esos entornos”.

Aconseja a las autoridades cubrir todos los ámbitos, tanto los mecanismos de denuncia como la justicia y los sistemas de apoyo a las familias, tanto económico como jurídico, y, sobre todo, protección. “El apoyo psicosocial para las familias y a los niños en este momento es muy importante, porque los niños están muy afectados“.

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Mientras que, a lo interno del núcleo familiar, recomienda mantener rutinas saludables para todos los miembros del hogar. “Establecer el momento de jugar, de hacer las actividades que las escuelas le manden, tener también su momento de interacción con los otros miembros de la familia”.

Unicef tiene programas para niños, niñas y adolescentes sobre cómo enfrentar la pandemia y ayudar a las familias a lidiar con los hijos en la casa.

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