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A los 99 años y en el Castillo de Windsor, murió este viernes el príncipe Felipe de Gran Bretaña, duque de Edimburgo y esposo de la reina Isabel II. Falleció en el Castillo de Windsor después de haber abandonado hace poco más de tres semanas el hospital King Edward VII, en Londres, tras someterse a una cirugía cardíaca.

El académico Cristóbal García-Huidobro, quien cursa un doctorado en Historia en la Universidad de Oxford, dijo en entrevista con CHV Noticias y CNN Chile que Felipe “estaba en una situación bien lamentable después de que salió del hospital. Se notaba que ya las fuerzas no lo acompañaban, así que esto es un desenlace más o menos esperable. De hecho, la pregunta no era si iba a ocurrir, sino cuándo”.

La figura del duque de Edimburgo se ha hecho más cercana a los chilenos y personas de distintos países gracias a la serie de Netflix The Crown, que retrata la vida de la realeza británica. En ella, se muestran las tempranas infidelidades del príncipe, así como lo postergado que se habría sentido en relación al protagonismo de la reina.

Sin embargo, García-Huidobro aclaró que “The Crown es una obra de ficción, no es una obra histórica”.

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Lo que sí está claro, dijo el historiador, es que “72 años de matrimonio no pasan en vano. Hubo años bueno y años malos dentro del matrimonio. La relación con los hijos también fue bastante peculiar en algunos casos. Una relación mucho más cercana con la princesa Ana, mucho más distante con su hijo mayor, Carlos. El asunto es propio de todas las familias”.

El príncipe, al igual que la reina, fue bastante querido durante sus último años: “los británicos lo miraban como ese abuelo medio loco que tenían, simpático, políticamente incorrecto muchas veces, pero al mismo tiempo se convirtió en una figura muy querida en el Reino Unido”.

Aunque en Sudamérica no se perciba como un personaje muy relevante, el historiador detalló por qué su figura sí es importante: “mirándolo desde una perspectiva histórica, el Príncipe Felipe fue un personaje que marcó en gran medida la historia del Reino Unido y también, en parte, es el vestigio de una época que ya se fue. Él representa a una generación que ya está casi extinta. En junio de este año cumplía 100 años. Es también, históricamente hablando, el ejemplo de la muerte de una generación”.

Para las despedidas que vienen ahora, el académico planteó que “vamos a ver si el príncipe Harry va o no al funeral de su abuelo, con el cual tenía una muy buena relación, porque de hecho, se parecían mucho en cuanto a su forma de ser, en sus gustos, principalmente”.

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