{"multiple":false,"video":{"key":"b43KdbWLi6","duration":"00:01:57","type":"video","download":""}}

Hace 10 años se promulgó la Ley de Igualdad Salarial. Esta normativa establece que “el empleador deberá dar cumplimiento al principio de igualdad de remuneraciones entre hombres y mujeres que presten un mismo trabajo”. A igual trabajo, igual paga.

Buscaba romper con la injusticia que significa discriminar sólo por el sexo del trabajador, que situaba a Chile como uno de los 5 países con la brecha más amplia dentro de los países de la OCDE. Y apenas 63 en el mundo según el Foro Económico Mundial.

¿Cuánto ha cambiado el panorama? Los números muestran que hay avances, pero lentos. Según datos de la Superintendencia de Pensiones, que incluye sólo a las mujeres con contratos formales, la brecha de ingresos llegó a 12,4% en 2018, muy similar a la del año previo. Y apenas 1,4 puntos menos que la que había hace casi una década cuando se promulgó la normativa.

Datos que son nuevas campanadas para insistir en el tema, porque la normativa puso el tema sobre la mesa, pero no ha significado un cambio rotundo.

Otro estudio, con datos más amplios del mercado laboral, muestra algo similar: elaborado por el ex presidente del Banco Central Rodrigo Vergara, concluye que desde 2006 a 2017 la brecha prácticamente no se ha reducido.

Parecieran persistir patrones culturales que, por ejemplo, ven el ingreso de la mujer como “un segundo salario” del hogar. Otros expertos lo atribuyen a que la remuneración no está asociada a productividad, sino a otros factores. Cualquieras sean las razones, el hecho es que la legislación aún es insuficiente para apurar los cambios culturales y de visión que se necesitan. Y cuando se cumplirán 10 años de su promulgación, una revisión más profunda parece necesaria.

Lee también: Denise Rosenthal: “Creo que no hay mujer que no se haya sentido violentada, abusada o pasada a llevar”

Tags:

Deja tu comentario