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El asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moise, ha estremecido al mundo y ha generado una transversal condena internacional. El mandatario fue asesinado el miércoles a tiros en su residencia de Puerto Príncipe, ataque en el que también resultó herida la primera dama, Martine Moise, quien fue trasladada a Miami para recibir tratamiento. 

De acuerdo al primer ministro interino, Claude Joseph, los sujetos que perpetraron el asesinato hablaban español e inglés. Según información policial, dos sospechosos fueron detenidos y otros cuatro abatidos. 

Sin embargo, en Última Mirada, el analista internacional Raúl Sohr advirtió que la policía haitiana “no es la fuente absolutamente más confiable”, y apuntó a que “no han dado absolutamente ningún detalle sobre la proveniencia, quiénes son”. 

Una serie de protestas masivas antecedieron al homicidio del presidente. Haití atraviesa una fuerte crisis política desde mediados de 2018 y vivió su momento más álgido el 7 de febrero pasado, cuando Moise denunció que la oposición, con el apoyo de jueces, tramaban un golpe de Estado.

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Sohr destacó que Haití es “un país que tiene una peculiaridad extraordinaria, creo que no hay ningún otro en toda América Latin y el Caribe que lo iguale, que es una llamativa ausencia de Estado“: hay un bajo número de policías en proporción a la cantidad de población; el Ejército fue desbandado y luego restituido, pero con una mínima presencia en el país; y “el Poder Judicial es prácticamente inexistente”.

Todo ello se conjuga con “grandes bandas delictuales que permanentemente se están disputando distintos sectores de Puerto Príncipe, la capital, y otras regiones del país”.

Sin embargo, Sohr aclaró: “cuando uno dice que en Haití no hay Estado, no quiere decir que Haití sea una sociedad desorganizada; es una sociedad increíblemente bien organizada“.

En esa línea, explicó que “es una de las sociedades con el mayor número de organizaciones no gubernamentales del mundo. A nivel de base, a nivel barrial, Haití está muy bien organizado, todos los servicios que no brinda el Estado, por ejemplo de salud o educación, muchos son satisfechos por ONGs, de manera que es una sociedad con una gran coherencia”.

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