Comenzó como una denuncia que se hizo conocida a través de redes sociales y fue recogida por un grupo de parlamentarios. Se trata de la extraña coincidencia en los precios de 124 remedios en las tres grandes cadenas de farmacias.
La denuncia apunta a Cruz Verde, Salcobrand y Ahumada, y los parlamentarios -Crispi, Fernández y Mix- han pedido a la Fiscalía Nacional Económica (FNE) que investigue por qué los precios, por ejemplo, del remedio Larogin, son tan coincidentes en las tres cadenas: $21.795, $21.499 pesos y $21.490. Y en cambio, apenas cuesta $3.570 en la botica comunitaria Doctora Eloisa Correa.
Los denunciantes agregan, además, que los 100 remedios observados son parte de los más de 200 en los que las farmacias se coludieron durante años, razón por la que fueron condenadas.
Es por ahora sólo una denuncia y todos tiene derecho a presunción de inocencia. Pero que hay que seguirle la pista, como a todo lo que ocurre en este mercado tan sensible para cada chileno donde las misma autoridades han revelado, por ejemplo en octubre del año pasado, que las diferencias entre lo que cobra uno u otro establecimiento pueden llegar a 2.804% en medicamentos para controlar el colesterol.
Eso no es normal, el monto que desembolsamos los chilenos no es normal. No para este país y menos en comparación con otros. La esperanza es que este mercado, ahora enfermo y que enferma a los chilenos, funcione, que la competencia sea real, que la nueva ley de fármacos sea efectiva, que la reforma a la ley anti colusión sea disuasiva de malas prácticas. Pero esto último es difícil mientras no haya sanciones penales, dado que no hay causas penales aún para este delito, probablemente porque el Ministerio Público no puede actuar por iniciativa propia.
Y si nada de esto cambia, la triste realidad del precio de los remedios en Chile, como han dicho muchos, entre otros el propio ministro Mañalich, habrá que pensar en fijar precios. Porque así no hay salud.
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