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Pese a que la Unión Social Cristiana (CSU) ganó las elecciones de Baviera este domingo, los resultados no fueron tan positivos. Tras más de 50 años, los socios de Angela Merkel en el gobierno alemán perdieron la mayoría absoluta.

Los resultados arrojaron que la CSU perdió el 10% de su electorado, pese a endurecer al máximo su postura frente a los inmigrantes. Por la otra vereda, el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) se quedó con los desertores y aumentó su presencia.

Para el analista internacional Raúl Sohr, el panorama es resultado de la artimaña del ministro del Interior, Horst Seehofer, quien se reunió por su cuenta con el primer ministro italiano y su par de Austria para generar un acuerdo en miras de controlar la inmigración.

“¿De qué le sirvió a Seehofer hacer toda esta medida? La gente la percibió como oportunista”, afirmó el especialista en Última Mirada.

A quienes también les fue mal fue a los social demócratas, con otro 10% menos en su electorado. Los Verdes, en tanto, se vieron favorecidos y pasaron a un 17,5%.

Contra los partidos tradicionales

Los electores empiezan a buscar nuevas alternativas y en Alemania“comienzan a surgir muchas preguntas acerca de si el centro político está colapsando”.

Según Sohr, “los Verdes pueden convertirse en el segundo partido político a nivel nacional, porque las encuestas señalan que están muy bien posicionados en todo el país. A la par crece la extrema derecha, con rasgos fascistas”.

Todo lo que suceda en Alemania en términos electorales es relevante para la Unión Europea: “si Alemania entra en un período de turbulencias, significan turbulencias para toda Europa”.

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