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La actriz británica Emilia Clarke reveló que sufrió dos aneurismas que pusieron en riesgo su vida, mientras se encontraba en el proceso de grabación de Game of Thrones, que requirieron operaciones complejas y que estuvo en riesgo de perder la vida.

Clarke relató su experiencia en el manifiesto “Una batalla por mi vida”, publicado en The New Yorker, donde contó que el primer incidente ocurrió en 2011, cuando ella tenía 24 años, y  recién había terminado recién de filmar la primera temporada de la producción.

“Estaba aterrada. Aterrorizada por la atención, aterrorizada por un negocio que apenas entendía, aterrorizada por tratar de hacer valer la fe que los creadores de ‘Tronos’ habían puesto en mí. Me sentí, en todos los sentidos, expuesta. En el primer episodio, aparecí desnuda y, a partir de la primera promoción de la serie con la prensa, siempre me hacían la misma pregunta con alguna variación: ‘interpretas a una mujer tan fuerte y, sin embargo, te quitas la ropa. ¿Por qué?’. En mi cabeza, respondía: ‘¿Cuántos hombres tengo que matar para demostrar mi valor?’”, continuó.

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No podía recordar su nombre

La intérprete de Daenerys Targeryen comenzó a ejercitarse para lidiar con la presión de su trabajo, hasta que un día comenzó a sentir un fuerte dolor de cabeza, apenas podía ponerse las zapatillas, y desde el comienzo del entrenamiento tuvo dificultades para hacer sus ejercicios.

“Le dije a mi entrenador que tenía que tomar un descanso. De alguna manera, casi arrastrándome, llegué al camarín. Llegué al baño, me puse de rodillas y me enfermé violenta y voluminosamente. Mientras tanto, el dolor —dirigido, punzante, constrictivo— empeoraba”, relató.

Lentamente la actriz fue perdiendo la consciencia y fue trasladada hasta un hospital, donde descubrieron que tenía una hemorragia subaracnoidea, “un tipo de accidente cerebrovascular potencialmente mortal”, por lo que debió ser sometida inmediatamente a una operación. “Como supe más tarde, aproximadamente un tercio de los pacientes con este tipo de aneurisma mueren inmediatamente o poco después”, relató.

Dos semanas después tuvo una complicación seria: sufrió una afección llamada afasia, en que no podía recordar ni siquiera su nombre, y en su lugar, pronunciaba palabras sin sentido.

“Incluso cuando estaba murmurando tonterías, mi madre tuvo la gran amabilidad de ignorarlo y tratar de convencerme de que estaba perfectamente lúcida. Pero sabía que estaba desvariando. En mis peores momentos, quise desconectarme. Le pedí al personal médico que me dejara morir. Mi trabajo, todo mi sueño de lo que sería mi vida, centrado en el lenguaje, en la comunicación… Sin eso, estaba perdida”, relató.

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La segunda operación fue aún más dolorosa

Antes de comenzar con su recuperación, en el hospital le comunicaron que tenía un aneurisma más pequeño en el otro lado de su cerebro que podía “explotar” en cualquier momento, pero que los médicos le señalaron que por su tamaño era posible que permaneciera inactivo e inofensivo indefinidamente, y que había que estar vigilándolo.

Durante la segunda temporada, su reincorporación fue dura: sentía dolor constantemente e incluso ya desde el primer día relata que se desplomó del agotamiento. “La temporada 2 fue mi peor momento. No sabía lo que estaba haciendo Daenerys. Si realmente soy honesta, cada minuto de cada día pensé que iba a morir”, relató.

De este modo, el segundo episodio ocurrió en 2013, luego de terminar de grabar la tercera temporada de la serie, cuando decidió participar de una obra en Broadway. Entre medio, aprovechó para realizar una nueva exploración cerebral, que arrojó que el aneurisma se había duplicado, por lo que tuvo que ser intervenida nuevamente.

“Cuando me despertaron, estaba gritando de dolor. El procedimiento había fallado. Tuve una hemorragia masiva y los médicos dejaron en claro que mis posibilidades de sobrevivir eran precarias si no operaban de nuevo. Esta vez necesitaban acceder a mi cerebro de la manera tradicional, a través de mi cráneo. Y la operación tenía que hacerse de inmediato”, explicó.

Clarke relató que la recuperación fue aún más dolorosa que la primera: “Salí de la operación con un drenaje que salía de mi cabeza. Partes de mi cráneo habían sido reemplazados por titanio. Ahora ya no puedes ver la cicatriz que se curva desde mi cuero cabelludo hasta mi oído, pero al principio no sabía que no sería visible”, recordó.

Finalmente, la actriz contó que decidió unirse a SameYou, una organización benéfica que tiene como objetivo brindar tratamiento a las personas que se recuperan de lesiones cerebrales. “Hay algo gratificante, y más allá de la suerte, de llegar al final de ‘Tronos’. Estoy muy feliz de estar aquí para ver el final de esta historia y el comienzo de lo que venga después”, cerró.

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