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Hoy el Consejo de Defensa del estado hizo su cuenta pública. Y la Presidenta Bachelet defendió la controvertida nominación de Javiera Blanco como consejera. Una defensa que coincide justo con una coyuntura que demuestra los problemas que trae nombrar a personas de cercanía y  confianza presidencial en ese cargo.

Es que la Fiscalía anunció que enviará al Consejo de Defensa del Estado los antecedentes del caso Bancard. Los consejeros por lo tanto podrían tener que decidir si actúan o no en el caso que involucra al ex presidente Piñera. Y ocurre que tanto el presidente del consejo -Juan Ignacio Piña- como uno de los consejeros -Juan Antonio Peribonio- fueron nombrados por Piñera, 5 días antes de dejar La Moneda, cuando eran subsecretario de Justicia e Intendente de Santiago, respectivamente.

Al igual que Blanco sin tener experiencia como lotigantes, ni carerra en el CDE. O sea, pasaron sin escalas de cargos de confianza presidencial al consejo, por decisión del mismo Presidente sobre el que ahora podrían tener que tomar decisiones relevantes. Por lo mismo, muchos ya piden que se inhabiliten.

No estamos cuestionado la calidad profesional de los mencionados como abogados, pero sí advirtiendo de las obvias suspicacias que se producen y se seguirán produciendo con estas designaciones presidenciales a dedo, basadas en la relación personal y la afinidad política. Mala cosa para la confianza en el consejo de defensa del estado, un ente indispensable para combatir actos de corrupción que involucren a la elite política y económica.

Una misión fundamental, que requiere ser y también parecer totalmente independientes.

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