Luego de que la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) concluyera que no hubo irregularidades en el arbitraje de Huachipato-Deportes Copiapó, como lo aseguró el juez del encuentro Francisco Gilabert, el periodista deportivo Juan Cristóbal Guarello reconoció su error por los audios que él recibió y facilitó para la publicación en la prensa, los cuales llevaron al organismo de Quilín a desvincular al presidente de la Comité de Árbitros, Javier Castrilli.

La información, tras la investigación de la ANFP, cambiaría drásticamente: en un principio los audios denunciaban que hubo un supuesto “llamado desde Santiago” que habría presionado al árbitro del encuentro a cobrar un polémico penal a favor de los acereros, pero luego -tras la investigación al interior de la ANFP- los antecedentes descartaron tal intervención, por lo que todo apunta ahora a una acción pensada para perjudicar a Castrilli.

La revelación de los audios se daba justo en medio de las amenazas de paralización del referato por la decisión de Castrilli de desvincular a 11 referís, entre ellos el internacional Julio Bascuñan.

A través de una columna de opinión publicada en La Tercera, el comunicador afirmó que “el informe del oficial de cumplimiento de la ANFP no admite dos lecturas. En el partido entre Huachipato y Copiapó no hubo intervención, ni llamado, ni violación del protocolo del VAR cuando Francisco Gilabert cobró penal por el cruce de Diego García sobre Mazzanti en el minuto 69”.

“Sí hubo un diálogo entre el Quality Manager, Mario Vargas y Cristián Droguett quien dirigía el VAR. Es la confusa frase ‘para Santiago es penal’ la que Droguett interpreta como una llamada desde Santiago y se lo hace saber a Gilabert de forma velada”, agregó.

“Esta frase está acreditada en la investigación tras un careo entre Vargas y Droguett. El problema es que la intención de Vargas era recordar un curso que había hecho Javier Castrilli en el verano para definir ese tipo de faltas, por eso agregó: ‘Recuerda el penal de Universidad Católica’, puntualizó.

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En ese sentido, el reconocido profesional expresó: “lo que me corresponde como mi responsabilidad periodística, pues fui quien entregó los audios a ADN y recibí la autorización de emitirlos. Eso sería anecdótico, pero lo grave es que esto era parte de una maniobra para sacar a Castrilli de la comisión de árbitros. Y ese es el fondo del asunto. No me quitaré responsabilidad, yo recibí y pasé los audios, declaré en la investigación entregando todos los antecedentes que poseía, creí que, efectivamente, había habido una presión indebida desde Santiago al VAR del duelo entre Huachipato y Copiapó”.

En el periodismo, la credibilidad crece a la velocidad de una palmera y se cae a la velocidad de un coco. Los audios eran reales, nunca fueron manipulados, Vargas dijo ‘para Santiago es penal’ que llevó a la confusión de Droguett y Gilabert. Hubiera sido una polémica menor si no fuera porque estaba inserta en una guerra civil en el arbitraje chileno”, continuó.

Finalmente, Guarello señaló que hubo una noticia “para contar”, pero que también, en base a eso, “se exige una distancia crítica sobre esa misma noticia. De mi parte, no existió esa distancia, esa prudencia. Esta profesión no admite giles ni ingenuos. Y esta vez lo fui”.

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