Un día como hoy, Marcelo “Chino” Ríos, comenzó a escribir los primeros párrafos de su gran carrera que lo vio convertirse en uno de los mejores tenistas latioamericano de la historia.

El 21 de abril de 1997 comenzaba el Masters 1.000 de Montecarlo con grandes nombres en su torneo: Pete Sampras, Thomas Muster, Carlos Moyá y Boris Becker, al igual que un joven y prometedor Ríos.

Sorpresa dejó la caída de Becker en primera ronda ante Renzo Furlan por 6-1, 3-6 y 6-7. Este sería el comienzo del final para el alemán, quien dos años más tarde se retiraría del tenis profesional.

Por su parte, Sampras y Muster se despidieron en segunda ronda. El estadounidense cayó frente a Magnus Larsson por 6-3, 2-6 y 3-6, mientras que el austriaco se vio superado por Fabrice Santoro por 2-6 y 6-7.

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El camino al trofeo

Por su parte, un “Chino” de 21 años avanzaba cómodamente. En segunda ronda se encontró con Andrea Guadenzi y logró  imponerse por doble 6-2. En tercera ronda venció al español y futuro número 6, Allbert Costa por 7-6 y 6-4. Mientras que en cuartos de final eliminó al verdugo de Sampras sin problemas por 6-2 y 6-1.

Dentro de los pocos nombres que aún quedaban, Moyá seguía en pie y fue el contrincante del chileno en semifinales. Sin embargo, el español se vio superado por 6-4 y 7-6, dando paso al chileno a las finales.

Frente al futuro número 2, Àlex Corretja, y en su primera final de un torneo categoría 1.000, el “Chino” se impuso por 6-4, 6-3 y 6-3, un 27 de abril de 1997.

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Este sería el primero de cinco Masters 1.000 que el chileno ganaría durante su carrera y que serían su principal base para alcanzar el número uno del ranking ATP.

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