AGENCIA UNO

Chile se medirá este martes contra Venezuela en Maturín por la cuarta fecha de las Clasificatorias al Mundial 2026.

Los nacionales buscarán llevarse los tres puntos; sin embargo, la visita a Caracas podría no garantizarlo del todo. Esto por el buen nivel de la vino tinto en las primeras fechas de las Eliminatorias y, además, porque a La Roja le espera un clima tropical.

La máxima en Maturín normalmente es cercana a los 37 °C. Para la hora del partido (18:00 horas de Chile) se proyectan al menos unos 32 °C.

El plan de Berizzo para capear el calor

Esta temperatura, sumado a la humedad de un 70%, hará que la sensación térmica sea de unos 35 °C durante el partido. Ante esta situación, Eduardo Berizzo explicó su plan para enfrentar un clima hostil.

El técnico también está consciente de este factor y, por lo mismo, tomó una particular decisión: el rosarino durmió sin aire acondicionado en su pieza del hotel La Cascada y le pidió lo mismo a sus jugadores. Esto, con el objetivo de favorecer una adaptación rápida del plantel.

“Esa es la idea, venirnos antes, poder entrenar acá y aclimatarnos a un clima caluroso. En el entrenamiento de hoy (lunes) lo probaremos, pero la mentalidad es sobreponerse a cualquier dificultad“, dijo el entrenador en una conferencia de prensa el lunes.

Respecto a la prohibición del uso de aire acondicionado, Berizzo explicó: “Hay que empezar a sentir el impacto de la temperatura, no minimizarla, desde ya, tanto dentro del hotel como afuera. Que las temperaturas sean parecidas para que te vayas aclimatando y empezar a absorber la incomodidad del calor”.

Desde el país caribeño aseguran que la elección del horario (18:00 horas de Chile- 17:00 de Venezuela) también forma parte de una estrategia. “Se fijó a las 17:00 horas con la intención de que el factor clima puede incidir. Maturín es una plaza muy calurosa y seca. El partido pasado ante Paraguay se jugó más tarde y rondó los 36 grados de temperatura. El estadio Monumental, con su aforo completo de 50 mil personas, sumado al calor, se siente como una olla a presión”, dijo a LUN el subdirector del diario Meridiano, Óscar Galvis.

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