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En el marco de la cuarta ronda de la FA Cup, el uruguayo Abel Hernández se convirtió en el verdugo de su equipo el Hull City, en su visita al Fulham. En los minutos finales se puso frente al balón para ejecutar un penal cobrado por el juez, pero su remate fue contenido a medias por el portero Betinelli. La jugada terminó con un nuevo penal sobre el mismo charrúa, quien no dudo en ir por su revancha.

Su segundo remate fue a media altura y permitió al portero rechazar el balón otra vez.

Esta situación ha recordado los tres penales fallados en un partido por parte de Martín Palermo.

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