Asociaciones de Música Chilena envían carta a la alcaldesa de Santiago y su concejo para realizar el Lollapalooza

Este miércoles el concejo municipal de Santiago definirá el futuro de la edición local del Lollapalooza, cuya realización se encuentra actualmente en peligro debido al rechazo generalizado de los vecinos del sector, quienes exigen que el evento deje de realizarse en uno de los pocos pulmones verdes de la comuna.

“A los vecinos se les cierra el paso, el acceso al parque. Los decibeles de ruido desde las 8 de la mañana en cuanto comienzan las pruebas de sonido y luego con el festival mismo (…) incluso muchos vecinos deben irse a casas de familiares o simplemente resignarse a no poder descansar”, señaló a Cooperativa Paola Moreno, vocera Vecinos por la defensa del Parque O’Higgins.

En ese contexto es que la Red de Asociaciones de Música Chilena (RAM), agrupación que reúne a más de 12 gremios que componen la creciente industria musical nacional, solicitó que se de luz verde al mega festival a través de una carta dirigida a las autoridades comunales.

“RAM viene desde hace más de dos años trabajando con ahínco en la búsqueda de las herramientas que le permitan el fomento y la reactivación del que ha sido tal vez el sector más golpeado por la crisis social del país y posterior pandemia“, indican los trabajadores de la música.

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En esa línea, al asociación indicó que dentro del gremio “no dejan de encontrarse con un sinnúmero de restricciones, trabas y barreras que aún hacen inviable su recuperación y operatividad“, apelando a la eventual suspensión del Lollapalooza como una de estas limitantes.

“De concretarse (la suspensión del evento), ello consolidaría esa triste disociación de la realidad que abunda en medios oficiales y que muestra que los espectáculos han vuelto a funcionar con normalidad, cuando en lo concreto lo que existe es una industria paralizada, vulnerable y subestimada que tiene todas sus esperanzas puestas en un regreso pleno el próximo 2022″, señalan desde RAM.

Asimismo, el gremio apunta a que en el festival “participan más de 60 bandas nacionales que incluyen más de 800 artistas locales y genera 9.000 puestos de trabajo, además de una enorme vitrina internacional. También la ciudad de Santiago recibe un impacto económico directo de más de 66 millones de dólares“.

“Su realización, después de casi dos años, es determinante también en la proyección de la precaria economía de nuestro sector, dado que este importante escenario abre las puertas a nuevas actuaciones“, explican desde la asociación.