Por Emilio Senn y Camila Morandé
(Créditos: Getty Images | 2020 Medios y Media)

Cuando se acuerda de Chile, a José Luis “El Puma” Rodríguez no se le viene a la cabeza el vino de buena cepa, las empanadas de pino ni la naturaleza que caracteriza los paisajes nacionales.

En lo que piensa es en las personas.

Y en entrevista con CNN Magazine, lo explica de esta forma: “Los países los hace la gente, no la comida. El pollo es igual, la carne es igual, la leche es igual, el sol sale para todos. El aire puede ser más enrarecido, más puro; pero lo que marca la diferencia de cualquier país del mundo es su gente”.

Bajo esa perspectiva, asegura que “eso es lo que pasa con Chile. Si te reciben bonito y bien, con cariño, pues quieres volver siempre. Siempre, hasta que tengas fuerza en el cuerpo“.

“El Puma” y Chile: “Un romance desde el principio y hasta el sol de hoy”

Sus primeras raíces en tierras locales se desplegaron en 1974, durante la competencia internacional de la XV edición del Festival de Viña del Mar.

Allí, una versión joven y mucho más anónima de Rodríguez representó a su natal Venezuela frente a un público chileno que apenas se comenzaba a regir por la dictadura.

De las múltiples presentaciones que, con el correr de los años, ha agendado sobre la Quinta Vergara -y ya como plato fuerte entre la cartelera de artistas-, su momento más icónico, e infaltable en cualquier resumen de la historia del festival, se remonta a 1988.

“A veces, hay que escuchar la voz del pueblo”, exclamó ante el micrófono, dando pase libre a un mar humano que bramaba ante su figura y exigía que el espectáculo fuese galardonado con una gaviota.

Muchos años más tarde, en 2012, el siempre impasible Antonio Vodanovic confesaría que aquel fue el momento más complicado que le tocó enfrentar en sus casi tres décadas animando Viña.

A la fecha, el cantante de 81 años describe su relación con nuestro país como “un romance, un enamoramiento desde el principio y hasta el sol de hoy“.

“El Puma” atribuye la intensidad y atemporalidad de su conexión con el pueblo chileno a la constancia. Y no sólo de nuevos lanzamientos, sino de visitas. “El amor hay que alimentarlo. El amor de lejos es amor de tontos; hay que ir, visitar, acariciar, ver”, sostiene.

Por eso, dando lógica a su teoría, iniciará este 2024 con varias fechas agendadas en el país. De ellas, destacan el que será su segundo paso por el Festival del Huaso de Olmué a fines de enero y un concierto en el Gran Arena Monticello de Santiago el 2 de febrero.

“No es un amor de Internet, de Zoom. La presencia física es indispensable para seguirlos acariciando, seguir calentando ese amor”, recalca. “Me han tenido mucha, mucha, mucha paciencia. Me han esperado”.

Valora profundamente el afecto que despierta su nombre a nivel nacional: “Estoy agradecido de Dios y del cariño de la gente chilena. En todas partes que yo me encuentro un chileno, es un amor y es un cariño. Les agrada verte, y saludarte, y abrazarte. Eso es impagable”.

Su visión del talento: No es nada sin una buena discografía

La voz de “El Puma” viste clásicos del cancionero hispano que parecieran no envejecer. Y él mismo reconoce cuánta importancia pesa en una propuesta musical atractiva. “El artista puede ser muy buen cantante, pero si el repertorio no está, no pasa nada“, explica.

A lo largo de más de 63 años de trayectoria, sus coros melódicos, acompañados del romanticismo insignia en sus letras, han trascendido hacia distintas generaciones.

En base a su experiencia, lo fundamental es hallar la canción correcta. Si un intérprete no la tiene, “aunque sea un buen cantante, no pasa nada. Igual que una película. El éxito de la película es el libro, el libro y el libro. Si no está la historia y tienes un buen reparto, no pasa nada. Es el argumento. Y yo he tenido, afortunadamente, un buen repertorio“.

El éxito de su carrera sustenta su tesis, además de un Latin Grammy a la Excelencia Musical obtenido en 2019. Dueño de NadaCulpable soy yo y Agárrense de las manos son sólo algunas de las piezas más celebres del abultado catálogo musical que ha contenido en más de 40 álbumes de estudio.

Con dicha trayectoria, ¿qué piensa de las nuevas generaciones de artistas latinoamericanos?

Destaca el perfil de Camilo. “Sus letras no son agresivas. Es bien light, pero muy bonito. Y él es un cantautor y es muy especial: le gusta a los niños, le gusta a los adultos, a las mamás. Es un producto muy, muy interesante. Y va acorde con su vida privada”, reconoce sobre el colombiano.

Pero hay de todo“, agrega, casi como advertencia.

Su queja a la música actual: “No hay chance para la imaginación”

Siguiendo en la línea de nombres emergentes dentro de la industria, se le hace mención de Nicki Nicole, Maluma y Tini, en conjunto, y luego se pone como ejemplo la influencia mundial de las letras en español de Bad Bunny.

En alusión directa a este último -específicamente, su nuevo reinado musical, según Forbes-, dice: “Pues los gringos no entienden el idioma y no saben lo que están diciendo. Entonces, como les gusta la música, es un fenómeno. El rey del pop siempre fue Michael Jackson. Pero wow, para hacer esa comparación con otras personas… tiene que correr durísimo y viajar muchísimo para que la gente y la prensa le denomine el rey del pop”.

Al igual que Fernando “Fher” Olvera, vocalista de Maná, reconoce aversión hacia el contenido explícito de muchas composiciones que hoy son un éxito. No es un recurso que le guste ver aplicado en el arte musical. “Cuando la cosa es muy gráfica, para mí, hay cierto rechazo. Cuando te quitan la magia de la poesía“, reflexiona.

Para sustentar su opinión, rescata parte de su propio inventario musical. “Canciones como Hay muchas cosas que me gustan de ti, como De punta a punta, son sensuales, pero no son gráficas. Cuando viene la cosa gráfica es cuando viene el problema. No hay chance para la imaginación, entonces se queda todo ahí. Ya, sí, sabemos todo el mundo lo que es el sexo, sabemos todo el mundo lo que se hace. Pero cómo se hace, y cómo se dice, y cómo se construye… eso es otra película”.

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