La cantante Madonna no dejó indiferente a nadie durante su presentación en la gala de Eurovisión, en la que tuvo giños a la política internacional, pero sin deslumbrar en su actuación.

La artista se presentó en el escenario del pabellón Expo de Tel Aviv (Israel), donde mostró Future, una de sus nuevas canciones del disco Madame X, junto al rapero Quavo.

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El País calificó la actuación de Madonna como “más estática de lo que tiene acostumbrado al público“, aunque destacaron el trabajo de vestuario.

“La puesta en escena impactaba. Y el vestuario, medieval chic de Jean Paul Gaultier, llamaba la atención“, destacaron desde el medio español.

Like A Prayer comenzó a sonar y la cantante decidió interpretarla en directo, con algunas complicaciones siguiendo los tonos.

Una pieza acelerada de Tchaikovski dio paso al tema principal, Future. La defensa de los derechos universales bajo un prisma apocalíptico le sirven como espacio para tocar, por ejemplo, el conflicto entre Israel y Palestina.

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Desde la organización de Eurovisión explicaron que esta parte de la presentación no había sido informada ni tampoco fue parte de los ensayos.

“En la transmisión en vivo de la gran final de Eurovisión dos bailarines de Madonna brevemente desplegaron las banderas de Israel y Palestina en sus trajes. Estos elementos de la presentación no fueron parte de los ensayos”, explicaron mediante un comunicado.

Además, agregaron que “Eurovisión es una competencia de música no-política y se le ha hecho saber a Madonna“.

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