Crédito: CNN

(CNN – reseña de Brian Lowry)Euphoria es el beneficiario de una ávida base de fans que asegura que el programa sea tendencia cada semana en las redes sociales, la receta moderna para una dosis desproporcionada de cobertura.

La serie de HBO dejó a esos fanáticos con mucho para absorber en el final de la segunda temporada, que mezcló momentos que destacaron al elenco, principalmente entre ellos la ganadora del Emmy, Zendaya, con un nivel de melodrama sobreexcitado que ha sido característico del guionista y director Sam Levinson a lo largo de su recorrido.

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Además de continuar con la obra de teatro de la escuela secundaria que aparentemente no terminaría, el episodio comenzó con un asesinato, encontró tiempo para una discusión sobre “Little House on the Prairie” y siguió con Nate (Jacob Elordi) entregando a su padre (Eric Dane) a la policía.

Pero eso no fue nada comparado con el tiroteo al estilo de Scarface que involucró al adolescente Ash (Javon Walton), cuya horrible historia de fondo fue una de las revelaciones que se desarrollaron a principios de la temporada.

Crédito: Eddy Chen/HBO

Como de costumbre, fue mucho, aunque el episodio cerró con una nota más tranquila, con Rue intercambiando un abrazo con Jules (Hunter Schafer), antes de aparentemente dejar atrás esa relación. Por ahora.

HBO ya renovó la serie para una tercera temporada, lo que significa que estos veinteañeros que interpretan a adolescentes avanzarán más hacia el territorio de Grease en términos de la brecha entre sus edades reales y las de la pantalla, pero apúntalo como un problema de clase alta. El programa experimentó una brecha de más de dos años entre temporadas, en parte, al COVID-19, sin exhibir ningún efecto negativo en ese sentido.

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Sin embargo, es posible admirar el arte en el trabajo aquí, desde cómo se filma el programa hasta la calidad de las actuaciones, y aun así salir sin sentirse conmovido por él, principalmente porque la visión de Levinson es tan sombría y nihilista, tan provocativa, a menudo, aparentemente por su propio bien.

Los programas atrevidos para adolescentes han proliferado junto con todos los demás géneros, y esta serie se ha distinguido en parte por ser más atrevida que la mayoría, principalmente en términos de sexualidad y desnudez, pero como demostró el final, también de violencia.

La tendencia, o al menos la tentación, con un programa como Euphoria es acentuar lo positivo, colmarlo de elogios para justificar la atención, especialmente porque es probable que esté escribiendo para personas a las que les apasiona.

Creo que he pasado por mucho y no sé qué hacer con eso“, dijo Rue cerca del final. Todos en Euphoria han pasado por muchas cosas, lo que seguramente es parte de su extraño atractivo, pero como crítico, francamente, “no sé qué hacer con eso” resume bastante bien las cosas.

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