El ciclo de cine Históricas: Mujeres tras la cámara, llegará a distintas comunas de la V Región para exhibir una selección de reconocidos filmes creados por cineastas chilenas, en una actividad inédita que se llevará paralelamente tanto en centros de cumplimiento penitenciario femeninos como en espacios culturales de la zona, desde el 24 de marzo al 20 de mayo en San Antonio, Quillota y Valparaíso.
“Nos interesa conectar a la comunidad regional con la comunidad que habita la cárcel, de manera directa o indirecta, es decir, a las internas de la cárcel y también sus familias, ya que es importante generar identidad local y diálogo en torno a quiénes somos como sociedad, entre estas diversas comunidades que habitan un mismo territorio”, han señalado las organizadoras del encuentro que también contempla actividades de mediación y conversatorios.
Las funciones disponibles corresponden a los jueves a las 16:00 hrs. comenzando en el Centro Cultural Camilo Mori de El Quisco el 21 de abril (Visión Nocturna, Carolina Moscoso), 28 de abril (Nona, si me mojan yo los quemo, Camila José Donoso) y 19 de mayo (La Gambeta, Catalina Alarcón).
Su líder, la realizadora Catalina Alarcón, es también la creadora del proyecto que enmarca estas actividades: Volver a Casa, proyecto que desde 2016 mezcla el acercamiento de las comunidades penitenciarias al cine a través de talleres, e integra experiencias con la realidad virtual para que las y los internos puedan reencontrarse con sus familias desde la distancia. Las instancias han tenido ya cinco versiones en tres cárceles de Chile, así como una en el centro penitenciario femenil Santa Martha de Acatitla, en Ciudad de México.
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La curatoría de Históricas ha contemplado seis largometrajes y cuatro cortos, buscando visibilizar las problemáticas que tienen las mujeres, expuestas desde el punto de vista de realizadoras como Camila José Donoso, María Paz González, Karin Cuyul, Carolina Moscoso, Valentina Reyes, Nicol Ruiz, Victoria Giesen, Natalia Luque y a la mencionada Catalina Alarcón. En dicha línea, han destacado “esto adquiere un gran valor en la cárcel, donde ser mujer es una característica de doble complejidad, no solo por la vulneración social, sino también por las cuestiones intrínsecas al género”.
“El sistema penitenciario chileno tiene una serie de restricciones, además de profundas falencias económicas que se traducen en vulneraciones directas a los derechos de las personas privadas de libertad”, han explicado desde el proyecto, subrayado que “no existe legislación sobre la comunicación con el exterior, por lo que los internos viven desconectados de la realidad social y política de nuestro país, así como también de la de sus familias”. En el caso de las mujeres, han destacado, “el porcentaje de visitas es mucho menor, permaneciendo marginadas del exterior y de sus familias durante su condena”, lo que merma su calidad de vida, salud mental y posibilidades de reinserción.
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