Foto: Random House.
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Alberto Fuguet publica un nuevo texto compilatorio de distintos cuentos contenidos en Sobredosis y Cortos, además de tener algunos relatos inéditos.

En entrevista con Culto, el autor de Mala onda conversó sobre el recuerdo que trae consigo Sobredosis, su primer libro, además de la controversia que generaron sus declaraciones donde se autodenominaba un “autor McOndo”.

Originalmente titulada “Deambulando por la orilla oscura”, Sobredosis fue criticado en su momento. Incluso Fuguet recuerda cuando trabajaba en la revista Wikén y uno de sus colegas leyó en voz alta la crítica que Ignacio Valente escribió.

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Allí, se calificó el texto como un aluvión de “garabatos, de obscenidades, de giros coprolálicos y adjetivaciones y metáforas de orden sexual” nunca antes vistos en Chile.

“Se me cayó la cara. Al principio me dolió el alma, lloré”, explica hoy Fuguet. La crítica, sin embargo, no amainó el salto de Sobredosis, pues de todas formas terminó siendo un éxito.

Respecto a la controversia que generaron sus declaraciones en el prólogo del libro McOndo, el escritor confesó que no podría negar que es “un autor McOndo”.

“Creo que soy más que eso. Pero es cierto. Es más: casi todo el mundo lo es. Sin que lo sepan o quieran aceptar, incluso me atrevo a insinuar. Dicho de otra manera: hay pocos criollistas, poco realistas mágicos”, explicó al medio.

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Además, reflexionó sobre las críticas que esas declaraciones trajeron consigo: “Y sí, me afectó la discusión. A mí me afecta todo pero se me pasa. Me afectó que me odiaran o pelaran, que me leyeran, que me ningunearan, que hueviaran con mis orígenes o sexualidad o por supuestamente ser cuico

“Sí creo que escribo de un mundo burgués. siempre lo digo y siempre me lo recuerdo: lo importante es conectar”, dijo Alberto Fuguet a Culto.

Finalmente, señaló que “el ruido de McOndo el 96” lo desconectó y que hubo malintenciones en la lectura que tuvo el movimiento literario. “Quisieron verlo como un grito neoliberal y no lo era. Me quedé callado siete años. Así que sí, me afectó. Tengo memoria de la gente que me atacó, odió, desechó. Tengo buena memoria. No olvido y debería ser capaz de perdonar pero me cuesta”, confesó Fuguet.

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