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Según los expertos más influyentes a nivel mundial, la situación de emergencia debida al coronavirus va a cambiar profundamente nuestra forma de vivir en un futuro cercano.

Todavía faltan al menos 18 meses para tener una vacuna, de manera que tendremos que adaptarnos a una vida marcada por una cuarentena “intermitente”, en función del aumento o la disminución del número de contagios.

A escala global, se normalizará el smart working, lo que cambiará no solo nuestros hábitos sociales sino también el paisaje urbano ya que evidentemente, cada vez se necesitarán menos oficinas.

Al igual que ya sucede estos días, el tiempo que las personas pasan en Internet aumentará desmedidamente, pero no solo de manera cuantitativa sino especialmente cualitativa: en los periodos tranquilos, las personas desarrollarán su actividad laboral por Internet, pero cuando la epidemia empiece a notarse de nuevo, el único contacto con el mundo exterior será, como en estos días, la pantalla del ordenador.

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Conoceremos a personas exclusivamente por Internet, sin llegar a verlas en persona. Y la opinión que los demás se formarán sobre nosotros, desde posibles jefes hasta nuevas parejas, se deducirá de lo que se diga por Internet, es decir, a partir de los enlaces que aparecerán en la pantalla después de buscar nuestro nombre en Google.

Hemos hablado de este escenario, que hace solo un mes nos habría parecido una historia de ciencia ficción, con Enea Angelo Trevisan, CEO de Ealixir Inc., una empresa italiana líder a nivel mundial en el sector de la supresión de enlaces no deseados en Internet, y a un paso de cotizar en el índice Nasdaq de la Bolsa de Nueva York.

—Sr. Trevisan, Internet corre el riesgo de convertirse en la única conexión que tendremos con la realidad. ¿Cuáles serán las consecuencias?
—Vamos a tener que estar muy pendientes. En la red, cualquiera puede introducir información falsa sobre nosotros, o enlaces con información antigua y obsoleta. Cuando esto sucede, puede legar a ser un desastre: somos juzgados en función de unos hechos que nunca han ocurrido o que forman parte de nuestro pasado, y que ya no tienen nada que ver con quienes somos ahora. Si esto ya era así antes de la pandemia, imaginemos un mundo donde las personas, a intervalos regulares, se ven obligadas a quedarse en casa y la única manera que tienen de formarse una idea de una persona que acaban de conocer es a través de los enlaces que se encuentran en Internet. Afortunadamente, existen herramientas que pueden convertir esta situación en una oportunidad.

—¿Cuáles?
—En Ealixir, podemos ayudar a cada ciudadano a manejar y a reconocerse en su propia “imagen digital”, es decir, en el conjunto de enlaces e información disponible sobre ellos mismos que se puede encontrar en Internet. Podemos eliminar las noticias falsas y la información desactualizada, así como crear enlaces positivos de interés público, con el fin de contar los hechos destacados de una persona o de su carrera.

—¿Con qué medios?
—En Europa, basándonos en la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 2014 sobre el “derecho de supresión (derecho al olvido)”, aplicado a los buscadores de Internet, podemos eliminar los enlaces que contengan información obsoleta, falsa o desactualizada. Además, gracias a otras reglamentaciones sobre privacidad, podemos hacer lo mismo en Sudamérica y en otros muchos países del mundo. Obviamente, seguimos un código ético muy estricto.

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—Cuando dice “código ético”, ¿a qué se refiere?
—En cuanto a la eliminación de enlaces perjudiciales y a la información desactualizada, no trabajamos con personas que han cometido delitos contra mujeres, contra menores o si han estado involucrados en temas de droga o de delincuencia organizada. Me gustaría dejar constancia de que se trata de una elección libre: a nivel legal, incluso estas personas estarían, en teoría, protegidas por el derecho al olvido, pero para Ealixir algunos valores no se negocian. En lo que respecta a la creación de enlaces beneficiosos, realizamos controles estrictos sobre la veracidad de la información, y además todos nuestros clientes están obligados a enviarnos el certificado de antecedentes penales.

 —¿No cree que falten regulaciones comunes sobre este tema a nivel mundial y que todavía existe mucha incertidumbre?
—Somos conscientes de que trabajamos en un sector muy sensible, caracterizado por un cierto vacío legal a nivel mundial. Pero pasó lo mismo cuando se inventó el coche: las nuevas realidades necesitan tiempo para ser reguladas. Gracias a nuestro código ético, estamos completamente tranquilos.

—¿Eliminar los enlaces en línea sobre una persona plantea problemas en cuanto a la libertad de prensa y de expresión?
El derecho al olvido y la libertad de prensa son dos cosas completamente diferentes, como dos líneas paralelas destinadas a no encontrarse nunca. Los medios de comunicación son libres de informar y escribir sobre cualquier hecho relacionado con cualquier individuo del mundo. Sin embargo, una vez que una noticia ya no es de actualidad, es decir, cuando ha dejado de ser de interés público, el derecho al olvido contempla el derecho de la persona objeto de la noticia a proteger su intimidad, e impide que esa misma noticia le persiga de por vida. Hagamos un ejercicio de imaginación. Intenta imaginar cuando no existía Internet: si una noticia aparecía en los periódicos o en la televisión, se hablaba de ella mientras el público estaba interesado. Después, inevitablemente, la noticia acababa en el olvido, y permanecía accesible solo para las personas que querían hacer una investigación específica, mediante la consulta de un archivo. Internet lo ha cambiado todo: las noticias permanecen disponibles para siempre y para todo el mundo, incluso la información que ahora pertenece a nuestro pasado. Se trata de algo inaudito y nunca antes experimentado.

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—¿Cómo imagina el futuro, a raíz de los escenarios totalmente nuevos con los que nos vemos obligados a enfrentarnos?
La interconexión entre individuos no se frenará, los teóricos de “la sociedad cerrada”, como la llamaba Karl Popper, se llevarán una decepción. Sin duda, el peso específico que asume Internet en la vida de las personas aumentará aún más, hasta el punto de que ya no habrá ninguna diferencia entre la vida real y la virtual, especialmente desde el punto de vista de la reputación. En Ealixir estamos preparados, desde hace ya tiempo.

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