Hoy por hoy, todas las personas hablan del coronavirus. La pandemia, que ha puesto en jaque a las autoridades políticas y sanitarias de todo el mundo, también ha generado inestabilidad en las economías.

Así, el COVID-19 ha sido un gran freno a la economía global, ya que ha paralizado varios sectores, poniendo en aprietos a grandes empresas hasta a trabajadores comunes y corrientes. Ricardo Bustamante, jefe de estudios trading de Capitaria, tiene sus propias reflexiones al respecto.

Electrónica y farmacéutica: Algunos de los sectores más afectados

Los efectos han sido negativos a nivel general, pero hay algunos sectores que se han visto más afectados que otros, permitiendo establecer que la economía se ha visto golpeada a nivel mundial.

El país más afectado ha sido China, donde se inició la pandemia, y como es de esperar, ha impactado en distintas áreas económicas. Al tratarse de un país ligado económicamente a diversas naciones en el mundo, la disminución de la actividad industrial en sus fábricas ha afectado a sectores como la electrónica, el mercado automotriz, el farmacéutico, e incluso, el de la ropa.

Igualmente, muchos de los componentes y materias primas utilizados por industrias de otros países provienen del gigante asiático, lo que frena la producción, y por ende, la oferta de bienes de consumo, lo que puede ser un gran problema para áreas en donde la demanda es muy alta.

“El gran impacto es porque nunca la actividad económica se había “congelado” como ahora, considerando que muchos países están con un freno en su actividad debido a la fuerte expansión del coronavirus. Mientras la pandemia continúe con el nivel de crecimiento como el actual, la economía global seguirá mostrando una contracción mayor”, comenta el jefe de estudios de Capitaria.

Un efecto en cadena

Por lo general, el llamado de las grandes potencias ha sido a mantener la calma ante este virus. No obstante, son varios los que han tomado medidas económicas y sociales al respecto. Estados Unidos decidió, a través de su Reserva Federal (FED), recortar su tasa de interés sus niveles mínimos históricos en busca de detener el deterioro económico por la pandemia.

El experto de Capitaria agrega: “Los principales bancos centrales y gobiernos del mundo han generado un apoyo monetario y fiscal importante para la economía, considerando que el impacto del coronavirus puede deteriorar a la actividad global. Sin embargo, mientras no se vean cifras macroeconómicas que muestren un nuevo impulso económico, las medidas serán más puntuales que estructurales”.

Otros países, en cambio, se han enfocado en establecer medidas que afectan directamente al mercado del turismo. Por un lado, Italia ha preferido cancelar varios eventos masivos como los deportivos, para evitar que el coronavirus siga avanzando. El caso opuesto, es el de Japón, que a pesar de que se encuentra más cerca de China, se ha encargado de establecer una política que incentiva el turismo en su territorio.

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¿Cómo se proyecta el futuro?

Pese a que según la OCDE la proyección del crecimiento de la economía mundial se vería disminuida en un 0,5 % luego de la llegada del COVID-19, los expertos indican que todo irá a buen puerto mientras los países y sus bancos centrales tengan políticas flexibles ante la adversidad. En ese sentido, lo realizado por el FED es una buena señal.

“Es una buena señal pero todo depende de la duración del impacto del coronavirus en la economía mundial, especialmente de su duración. Si se extiende durante mucho tiempo, la incertidumbre seguirá siendo protagonista en los mercados mundiales, lo que generaría un gran deterioro en los activos de mayor riesgo, como los índices bursátiles, materias primas y monedas de economías emergentes”, finaliza Ricardo Bustamante de Capitaria.

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