El ministro de Hacienda, Ignacio Briones, se refirió a la segunda parte del plan económico de emergencia anunciada durante esta jornada por el presidente Sebastián Piñera y que contempla la creación de un fondo de US$ 2 mil millones.
La medida está enfocada a trabajadores informales que no tienen contrato y no tienen acceso al seguro de cesantía. De igual forma, anunciaron otro fondo para otorgar líneas de crédito con garantía estatal para Pymes, emprendedores y empresarios.
La autoridad explicó que el beneficio será financiado a través de una reasignación significativa del presupuesto público.
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“Quiero ser claro. Nuestro presupuesto en este año es un presupuesto de pandemia y es lo que corresponde para ir en ayuda de lo principal: los ingresos, la incertidumbre de las chilenas y chilenos más vulnerables”, planteó.
Briones detalló que, entre las determinaciones aplicadas por el gobierno, “hay reasignación de inversiones que por razones obvias van a tener dificultad de ejecución (…) Estamos congelando cualquier contratación en el sector público, estamos congelando cualquier aumento de sueldo y aumento de grado. Estamos congelando la compra de vehículos, de mobiliario, estamos resignando recursos de programas que van a tener dificultades en ejecutarse”.
Lo anterior se trata, dijo, de “una serie de medidas que implican esfuerzos importantes y llamo a la comprensión” y afirmó que “todos tenemos que hacer sacrificios, todos tenemos que pagar un costo”.
“Hoy estamos con un déficit fiscal en torno al 8%, eso indica una cuestión muy clara: tenemos poco margen para seguir aumentando ese déficit”.
“Quiero ilustrarlo de la siguiente forma: los países que solemos citar en el aparato público como países que están actuando de forma decidida, amplia, Inglaterra, Francia, Australia, Nueva Zelanda, son países que efectivamente van a tener déficit fiscales extraordinariamente, que van a estar entre el 6 y 10%“, añadió.
De este modo, aludió a las distintas propuestas que han surgido para abordar la crisis social, que calificó como “de buenas intenciones, sin duda”, y afirmó que “cualquier exigencia de gasto que se haga tiene que necesariamente venir aparejada de una disminución en otro ámbito, la aritmética no engaña”.
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