A pesar de la caída de su máximo exponente, Blockbuster, los videoclub de barrio se resisten a morir. Algunos negocios independientes han utilizado nuevas estrategias con el fin de adaptarse a las nuevas tendencias de consumo y así no caer en el olvido.
Ante fuertes adversarios como la televisión por cable, los medios online y la piratería, Sebastián Navia, administrador del videoclub Magnolia, cuenta que la intención es traer “lo más nuevo”, por lo que traen películas importadas y así anticiparse a lo que ofrecen otros medios, además de apostar por la calidad que ofrece el producto original.
Ramón Clavería, administrador de Rec Play Chile, cuenta que a través de este modelo de importación es posible traer películas que no han sido estrenadas en el país, teniendo una ventaja respecto a Blockbuster, que debía esperar al estreno local para poder ofrecer dichas películas.
Además, no sólo de las novedades viven estos videoclubs, ya que han tratado de satisfacer los gustos de cinéfilos que buscan títulos clásicos, antiguos o ligados al cine arte.
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