Clay Slenk y Mariah Nelesen, jóvenes de Michigan unidos desde la adolescencia, recibieron en 2020 dos diagnósticos que cambiaron por completo su futuro.
Una historia marcada por la adversidad conmueve en Estados Unidos, donde dos jóvenes de Michigan decidieron unir sus vidas en matrimonio en medio de un complejo escenario de salud. Clay Slenk y Mariah Nelesen, pareja desde la adolescencia, recibieron en 2020 dos diagnósticos que alteraron por completo sus planes: a ella le detectaron cáncer de ovario y, pocos días más tarde, a él le confirmaron un cuadro de leucemia.
El vínculo entre ambos comenzó en 2015, cuando aún cursaban los últimos meses de escuela secundaria. Desde entonces, su relación se mantuvo firme y, cinco años después, Clay decidió proponer matrimonio con la complicidad de sus familias.
Sin embargo, todo cambió cuando Mariah sufrió un cuadro súbito que inicialmente fue confundido con una dolencia torácica, pero que resultó ser una rotura de la aorta. Durante su extensa hospitalización, relataron que su relación se fortaleció de una forma inesperada.
Mientras la joven avanzaba en su recuperación, llegaron los diagnósticos que pusieron a prueba a la pareja.
Según declaraciones recogidas por medios estadounidenses, Mariah recibió primero la noticia del cáncer de ovario. Ocho días después, Clay recibió la llamada de su médico indicándole que debía ser internado de urgencia por sospecha de leucemia. Ambos describieron esas horas como “surreales”, pero también coincidieron en que decidieron afrontar el proceso con una actitud enfocada en el tratamiento y no en la frustración.
Durante los meses siguientes, cada uno enfrentó quimioterapias, cirugías y, en el caso de Clay, un trasplante de células madre. Ambos señalaron que compartir la experiencia los unió aún más, ya que pocos pueden comprender la intensidad de un proceso médico de esa magnitud.
Consciente del difícil camino que tenían por delante, la pareja resolvió adelantar su matrimonio para apoyarse mutuamente como esposos durante el tratamiento.
Así, el 9 de abril de 2022 celebraron una ceremonia íntima en Zeeland, Michigan, donde dejaron de lado los detalles tradicionales para privilegiar el encuentro con sus familias y la oportunidad de celebrar en medio de la enfermedad.
Para Mariah, esa decisión permitió redefinir lo verdaderamente esencial. En entrevistas posteriores señaló que, al reorganizar la boda, dejó de lado la presión por los detalles y optó por una celebración sencilla. “Ese día sería especial de todas formas”, afirmó, destacando que lo fundamental era compartir el momento con quienes los han acompañado durante el proceso más difícil de sus vidas.