Fin al CAE: ¿Qué es el FES? ¿Cómo funcionará el nuevo sistema de financiamiento de la educación?
A través de una Cadena Nacional, Gabriel Boric entregó detalles respecto a cómo funcionará el nuevo sistema de financiamiento de la educación superior.
Quienes duermen hasta seis horas por noche pueden incluso desarrollar Alzheimer y otros tipos de demencia.
Aquí hay otra razón por la que dormir bien debe figurar en tu lista: dormir menos de seis horas por noche o despertarse frecuentemente aumenta el riesgo de desarrollar unas placas peligrosas en las arterias de todo el cuerpo, no solo del corazón.
Investigaciones anteriores indicaron que el sueño deficiente está fuertemente relacionado con la enfermedad coronaria, pero “este es el primer estudio que demuestra que el sueño deficiente es asociado de manera independiente con arteriosclerosis en todo el cuerpo”, dijo en un comunicado José Ordovás, director de nutrición y genómica del Centro de Investigación sobre la Nutrición Humana Jean Mayer, del Departamento de Agricultura de la Universidad de Tufts.
Ordovás fue autor principal de un estudio sobre estos hallazgos, publicado el lunes en la revista del American College of Cardiology.
El aumento de la placa en las extremidades, llamado aterosclerosis, aumenta el riesgo de apoplejías, problemas digestivos y circulación deficiente que provoca entumecimiento y dolor en las extremidades, así como enfermedades cardíacas.
El estudio analizó a casi 4.000 hombres y mujeres españoles, con una edad promedio de 46 años, que no tenían antecedentes de enfermedad cardíaca. Cada persona usó un actígrafo, un pequeño dispositivo que medía la duración y la calidad del sueño, durante siete noches. La calidad del sueño se definió por la frecuencia con que se despertaban y la frecuencia con que se movían durante las fases de sueño.
Los sujetos se dividieron en cuatro grupos en función de la duración del sueño: menos de seis horas, seis a siete horas, siete u ocho horas y más de ocho horas. Y a cada persona se le realizó una tomografía computarizada cardíaca y una ecografía 3D de su corazón al comienzo y al final del estudio. También se observaron varias arterias en el cuerpo por medio de ultrasonido 3D.
Este uso de medios objetivos para cuantificar el sueño fue uno de los puntos fuertes de la investigación, escribieron el doctor Daniel Gottlieb y el doctor Deepak Bhatt del Brigham and Women’s Hospital en un editorial publicado junto con el estudio.
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Otra fortaleza era el tamaño del estudio y la exclusión de cualquier persona con una enfermedad cardíaca o una apnea obstructiva del sueño. Las investigaciones anteriores normalmente incluían pacientes con enfermedades cardíacas y otras enfermedades crónicas, y se utilizaron cuestionarios de pacientes para capturar la duración y calidad del sueño, que están sujetos a dificultades para recordar.
“Lo que las personas dicen y lo que hacen suele ser diferente”, dijo el doctor Valentin Fuster, editor en jefe de la revista American College of Cardiology, quien dirigió la nueva investigación.
Después de descartar los factores de riesgo tradicionales de enfermedad cardíaca, los investigadores descubrieron que los sujetos que dormían menos de seis horas tenían 27% más de probabilidades de tener arteriosclerosis en todo el cuerpo que los que dormían entre siete y ocho horas. Los participantes con problemas de sueño tenían 34% más de acumulación de placa que los que dormían bien.
“Estos resultados resaltan la importancia de los hábitos de sueño saludables para la prevención de las enfermedades cardiovasculares”, escribieron los autores del estudio.
El impacto del sueño deficiente en nuestra salud está bien documentado. La ciencia relacionó el mal sueño con la presión arterial alta, un sistema inmunológico debilitado, aumento de peso, falta de libido, cambios de humor, paranoia y un mayor riesgo de diabetes, derrames cerebrales, enfermedades cardiovasculares y algunos cánceres.
Un estudio del sueño en laboratorio descubrió que las personas que dormían menos de seis horas por noche durante dos semanas y que pensaban que les iba bien funcionaban tan mal en pruebas cognitivas y reflejos como las personas que no podían dormir durante dos noches completas.
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Una falta crónica de sueño también está estrechamente relacionada con la ansiedad y la depresión, porque el cuerpo lucha para sobrellevar el estrés de la somnolencia. Incluso hay pruebas crecientes de que un sueño deficiente a una edad temprana puede conducir al desarrollo de placas y nudos que causan la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia.
El sueño es fundamental para el rejuvenecimiento del cuerpo. El sueño profundo, del tipo que se produce solo después de un ciclo completo, es necesario para que el cuerpo libere hormonas diseñadas para reparar las células y formar tejido en el cuerpo y el cerebro.
De ti depende mejorar el sueño, y puedes hacerlo entrenando tu cerebro. Comienza configurando tu entorno para dormir y establece una rutina relajante. Es esa repetición la que capacitará a tu cerebro para reconocer que es hora de relajarte y dormir. Las bajas temperaturas en la habitación, la iluminación tenue, el baño o la ducha tibios y escuchar música suave son buenos métodos para probarlo.
Y no olvides hacer ejercicio. Según la Fundación Nacional del Sueño, caminar diez minutos al día, andar en bicicleta u otro ejercicio aeróbico puede “mejorar drásticamente la calidad del sueño nocturno”.
A través de una Cadena Nacional, Gabriel Boric entregó detalles respecto a cómo funcionará el nuevo sistema de financiamiento de la educación superior.