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Pedro Gaete, ingeniero de la Universidad de Chile, asegura haber desarrollado una tecnología capaz de captar y usar “la energía libre, ilimitada, gratuita y no contaminante” para controlar la gravedad.

“La gravedad se puede alterar y se puede inducir artificialmente. Logramos hacer un inductor que altera o modifica la energía y puede inducirla en el medio ambiente, obteniendo beneficios”, señaló el ingeniero chileno.

Gaete dice que hay 19 ingenieros y científicos detrás del proyecto “Gravity” y que el inductor ya está patentado por la compañía Ingen Quantum S.A.

“Esto es lo mismo que la vela del barco, que funciona con energía eólica. Gracias a este inductor logramos que esta energía, que está en el ambiente, pueda ser polarizada y obtener un beneficio que en este caso sería inducir la gravedad”, explica. Luego, añade: “Produce luz visible y además movimiento. Tiene una cualidad única que es que no genera sonido, y se eleva”.

El ingeniero tiene la convicción de que su invento podría revolucionar la industria aeronáutica, el mercado y lo que hasta ahora el mundo conoce: “Teniendo el paraguas legal de la patente, podemos implementar una industria enorme, no solamente depender del cobre, sino ser grandes operadores internacionales en materia tecnológica”.

Sin embargo, la comunidad científica es escéptica. Gaete ya había entrado en varias polémicas por sus aseveraciones y en este caso el físico cuántico, Aldo Delgado, lo acusó: “Este es el mismo señor que dijo que en 2012 iba a haber un terremoto de grado 9,5, algo que no ocurrió, a menos que yo me lo haya perdido. Es el mismo señor que tras el paso de un cometa en 2013, dijo que la humanidad se acababa. Y que yo sepa seguimos vivos”.

Aunque, afirmó: “Si es cierto, este señor se gana el premio Nobel, lo que estaría haciendo sería cambiar completamente los paradigmas científicos conocidos”.

Por otro lado, la periodista científica Lilian Duery, ganadora del Premio Nacional Hernán Olguín, confiesa haber quedado sorprendida tras ser testigo de una demostración: “Lo que yo vi me dejó realmente impresionada… porque se mueve. Volar así exactamente no, pero dentro de la habitación sí. Se iluminó y no tenía por qué iluminarse. Todo lo que sucedió, funcionó con una batería, una energía que se almacena ahí”.

Gaete quiso hacer una demostración en la pista de la base aérea de la FACh, que no lo autorizó, aduciendo que se podía poner en riesgo al personal y las instalaciones. Ahora espera que la Subsecretaría de Economía responda a su solicitud de que su empresa sea declarada esencial para concretar la esperada prueba de este invento patentado en Chile.

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