La académica de la Escuela de Psicología de la Universidad de los Andes, Romina León, dijo a CNN Chile que es trabajo de los adultos responsables "resguardar la seguridad de los niños en la red, vigilando el contenido al que se exponen cuando se conectan a internet en sus distintas versiones".
En un mundo hiperconectado, donde obtener información está al alcance de un click, es complejo -quizás, ocultar información que podría resultar sensible para algunas personas.
En un contexto de conflictos bélicos, por ejemplo, la exposición a imágenes gráficas de los efectos destructivos de la guerra sobre las personas “puede ser perturbador para niños e incluso traumático en ciertas circunstancias”, explicó a CNN Chile Romina León, académica de la Escuela de Psicología de la Universidad de los Andes.
Por eso, recomendó que los adultos responsables deben “resguardar la seguridad de los niños en la red, vigilando el contenido al que se exponen cuando se conectan a internet en sus distintas versiones”.
Y es que estar constantemente en la red, podría provocar que niños, niñas y adolescentes accedan a fotos, contenido gráfico, videos y otros elementos a los que no deberían estar expuestos.
En esa línea, la académica afirmó que los padres “deben estar en conocimiento de que es lo que hacen los niños cuando se conectan y regular en contenido y cantidad de tiempo la exposición. Existen mecanismos como el control parental de los dispositivos; sin embargo, todas las medidas deben ir siempre acompañadas de diálogo y contención“.
¿Cómo hablar sobre conflictos bélicos con niños?
León sostuvo que se debe tener en cuenta la edad y nivel de desarrollo del niño/a para saber cuál es la mejor manera de hablarles sobre la guerra.
Por ejemplo, “en los más pequeños (hasta los 5 años aproximadamente), si no se van a exponer a la información por razones contingentes inevitables, no es necesario crear dichos contenidos de conciencia prematuramente”.
Mientras que entre los 6 y los 10 años “los niños ya han empezado a desarrollar facultades cognitivas que les habilitan la comprensión de consecuencias y vínculos humanos. Se debe conversar con honestidad, pero filtrando los elementos más crudos y acompañando la conversación con un mensaje de esperanza, seguridad y contención”.
Asimismo, hay métodos didácticos para abordar estas conversaciones, como cuentos, algunos juegos con títeres o tarjetas con emociones. De todos modos, la experta remarcó que mantener un diálogo con empatía y contención es “una excelente herramienta a la hora de sostener una conversación con niños, transmitirles seguridad”.
Por otro lado, León explicó que conocer hechos sobre conflictos bélicos no podría desencadenar problemas de salud mental, los cuales “responden a diversas variables, como factores biológicos y con inmensa preponderancia el entorno en el que se han desarrollado los niños”.
¿Cómo hablar con niños y adolescentes sobre la guerra? Académica entrega recomendaciones/Pexels
“Conocer temáticas sobre guerra puede gatillar algún problema de salud mental en un niño que se encuentre en situación de vulnerabilidad por los factores previamente mencionados y en cuanto la exposición a la temática bélica sea con características traumáticas como demasiado crudas o gráficas, sin contexto, sin contención y sin un diálogo mediante que le facilite la comprensión”, profundizó.
Consultada sobre si es preferible hablarles directamente sobre el tema o es mejor esperar a que ellos pregunten, respondió que “en circunstancias que el niño se va a ver afectado directa o indirectamente por el conflicto bélico, es preferible ser proactivo en la conversación”.
“De lo contrario, en los niños preescolares no es recomendable incorporar temáticas tan complejas como la guerra, ya que excede las competencias cognitivas que permiten una adecuada comprensión del tema y elaboración de los afectos que surgen de él”, añadió.
Mientras que en etapa escolar sería “pertinente hablar del tema desde el punto de vista educativo y en consideración de su nivel de desarrollo”.
La académica hizo énfasis en que “los niños y el ser humano en general son poseedores de una enorme capacidad de resiliencia. Lo ideal es equilibrar con prudencia el cuidado y acompañamiento sin subestimarlos ni caer en un hiperproteccionismo”.
“La actitud de los cuidadores a la hora de comunicarse con los niños es fundamental. Si una madre o padre habla de cualquier tema con miedo o angustia, eso le transmitirá al niño y a la inversa. Comunicarse con ellos con calma, empatía y cariño, transmitirá a los niños una sensación de seguridad y apoyo”, concluyó.