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La educación es la piedra angular del desarrollo: forma y moldea a las personas del futuro, entrega perspectivas de vida y construye a los integrantes de la sociedad, pero ¿cuáles son las condiciones ideales para que se adquiera este conocimiento vital?

Para comprender sobre cómo se pueden transformar la enseñanza y el aprendizaje en sistemas educativos para formar individuos más libres, el director de investigación del equipo internacional de Michael Fullan y doctor en Educación de la Universidad de Harvard, Santiago Rincón-Gallardo, conversó con Sana Mente.

Aprender es una práctica de libertad (…), aprendemos bien cuando tenemos la libertad de decidir qué queremos aprender, cómo, con quién, cuándo, cuánto tiempo le vamos a dedicar. Requiere que nos sintamos lo suficientemente seguros para equivocarnos”, indicó.

Rincón-Gallardo detalló que unas de las primeras cosas que se aprende en la escuela es el miedo a equivocarse, eso lo sigue la vergüenza y el miedo.

“Lo fundamental que aprendemos en la escuela es que nos enseñen. (…) Aprendemos fundamentalmente a obedecer, por supuesto que es importante aprender a obedecer. El problema es que aprender a que te enseñen y aprender a aprender son dos cosas muy diferentes”, agregó.

En este sentido, el doctor en educación detalló que las escuelas convencionales poseen un “modo en que está organizado el núcleo pedagógico es un modo de dominación y control, hay una división muy clara entre el que enseña y el que aprende (…) en esos entornos no sucede bien el aprendizaje”.

Lo importante acá es que todos los niños buscan sentirse queridos, escuchados. Al saber que su opinión es la que importan, eso les produce bienestar.

“Queremos que nuestros niños desarrollen el gusto y la capacidad de aprender por su cuenta, pero pocas veces los niños ven a adultos aprendiendo”, puntualizó Rincón-Gallardo.

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