En momentos de crisis, estrés o tristeza, recurrir a algo tan esencial como la respiración puede ayudar a ver las cosas con una nueva perspectiva. Y no solo es un ejercicio para consolarnos o mantener nuestra mente ocupada, sino que tiene un poder a nivel neuronal. “Hay harta evidencia que ha mostrado que cuando uno inspira se produce un aumento de actividad cerebral y de alguna manera facilita que nosotros podamos percibir de mejor manera algunos estímulos con contenido emocional, por ejemplo, algo que amenaza mi integridad física o la capacidad de identificar el estado emocional de otros”, explicó José Luis Valdés, investigador del Instituto de Neurociencia Biomédica de la Universidad de Chile en Sana Mente.
El poder de la respiración en el control de las emociones
Cuando nos sentimos estresados, enojados o hasta tristes lo que nos suelen recomendar es respirar. Algo tan simple, pero que tiene un enorme poder en el manejo de nuestras emociones. "En esta desregulación emocional a veces tenemos conductas de las que nos arrepentimos. Volver a respirar y a conectarnos nos vuelve a un estado emocional más tranquilo", asegura Candice Fischer, académica de Psicología UC.
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