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El Instituto de Salud Pública (ISP) confirmó 6.430 nuevos casos de pacientes contagiados de VIH, sobre lo cual el ministro de Salud, Emilio Santelices, dijo que “cuando uno desagrega esta cifra puede encontrar que la mayor parte de estos pacientes son pacientes extranjeros”.

La aclaración encendió la polémica, sobre todo después de que durante los últimos años la llegada de inmigrantes generara prejuicios en la población chilena.

En entrevista con Hoy Es Noticia, el director nacional de incidencia del Servicio Jesuita a Migrantes, Juan Pablo Ramaciotti, destacó que es necesario poner en perspectiva que “entre el 2010 y el 2017 menos del 10% de los casos diagnosticados fueron de personas extranjeras”.

Eso no quita que hoy día hay un tema del que hay que hacerse cargo y hay que ver cómo podemos ayudar a mayor concientización, mayor acceso a las prestaciones de salud”, añadió.

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Ramaciotti señaló que tales procesos deben ser desarrollados en torno a la situación migratoria de cada extranjero y los mecanismos que entrega el Estado para regularizarla.

Explicó que “una persona que está en situación irregular y no tiene mecanismos para regularizar su situación, probablemente va a tener temor de que haya fiscalización y riesgo de deportación, y eso puede hacer que esa persona genere una barrera para poder acceder a servicios públicos de distinta índole, por ejemplo, salud“.

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