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En un nuevo capítulo de Última Mirada, Daniel Mansuy, doctor en Ciencia Política, explicó las aristas de su nuevo libro Salvador Allende. La izquierda chilena y la Unidad Popular, que se divide en dos partes: el período 1970-1973, que narra la figura política del expresidente al interior de la Unidad Popular (UP), su llegada a la Moneda y el posterior golpe de Estado y suicidio; y 1973 a la actualidad, que repasa el peso de su memoria en la actual izquierda chilena.

Allende es un personaje difícil, porque en él se concentran muchas tensiones y ambigüedades de nuestra propia vida política y de la izquierda en particular. Hay mucha mitología construida desde lado y lado”, explicó el académico de la Universidad de los Andes. Y agregó que, “en la manera en que se ha tratado la figura de Allende después de su muerte hay uno de los enigmas importantes para comprender la historia política de las últimas décadas en Chile”.

Mansuy recalcó que, pese a todo lo escrito y hablado sobre él, es “un personaje relativamente desconocido”, pues “siguen habiendo muchos misterios acerca de su vida política y su decisión final (…). Y hay que hacer una distinción: una cosa es el Salvador Allende que emerge a partir de su actitud el 11 de septiembre, y otra cosa es lo que es antes del 11 de septiembre para la izquierda“.

En esa línea, sostuvo que, previo al golpe de Estado de Augusto Pinochet, para la izquierda Allende era un dirigente de importancia, mas no un líder nato capaz de imponer términos a partidos políticos. “Si uno mira la historia de la UP, la verdad es que Salvador Allende es considerado, con suerte, como un primus inter pares. Y fue electo candidato presidencial del Partido Socialista (PS) con más abstenciones que votos a favor. Entonces, se le dijo: ‘Tú vas a ser presidente, pero no vas a tener libertad para gobernar‘”.

El autor también realzó los paralelos entre su mandato y el del también expresidente Patricio Aylwin, clave en la transición a la democracia a partir de 1990. “Esa presidencia tan ordenada de Aylwin, tan monolítica, donde está claro que él es el presidente y los partidos pasan a segundo plano, es porque vio lo que pasó en la UP y tomó nota de eso; de la debilidad presidencial. Y él estuvo dispuesto a ser muchas cosas, pero no un presidente débil frente a su coalición“.

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