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Licenciada en Comunicación y Ciencia Política, la escritora, novelista y dramaturga Chimamanda Ngozi Adichie relata, a través de sus libros, qué significa ser nigeriana y migrante, pero sobre todo, feminista. 

Fue con la charla Todos deberíamos ser feministas que terminó de consagrarse como una referente. Discurso que más tarde fue transformado en un libro que expone la sociedad sexista en donde nació y creció.

En entrevista con CNN Chile, la oradora más vista de la 9° edición del Congreso Futuro habló sobre los prejuicios cuando se habla de feminismo, de la equidad de género y de la crisis social por la que atraviesa Chile.

—¿Por qué todos deberían ser feministas?
Porque el feminismo se trata de la justicia y porque creo que todos queremos vivir en un mundo justo. Todos estamos mejor si vivimos en un mundo justo, un mundo de real equidad. Entonces, todos deberíamos ser feministas.

—¿Cuándo y cómo te diste cuenta que tú eras una feminista?
Creo que fui feminista mucho antes de incluso conocer esa palabra. Creo que siempre he sido feminista y con esto no me refiero a que haya leído libros sobre feminismo o que particularmente conociera un feminismo ideológico, simplemente cuando miraba el mundo cuando era niña, sabía que a las mujeres y a los hombres no se les trataba de la misma forma. Y sabía que a las mujeres no se les daba la misma dignidad, el mismo valor que a los hombres, y era porque eran mujeres. Me di cuenta de esto muy temprano, entonces fui una niña que hacía preguntas. Me acuerdo, por ejemplo, decirle a mis padres “¿por qué no?”. No me hacía sentido que las personas dijeran que no puedes o no debes hacer algo porque eres niña. Entonces era feminista cuando tenía 6 años.

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—Y un amigo tuyo te dijo algo…
—Cuando era adolescente era una niña a la que le encantaba leer, le encantaba hacer preguntas, y tenía este amigo, un hombre, un amigo muy cercano que era como yo, entonces los dos discutíamos acerca de las cosas. Entonces recuerdo que una vez estábamos discutiendo, y no me acuerdo sobre qué discutíamos, pero de repente paró y me dijo “eres una feminista” y lo dijo como si “feminista” fuera una palabra terrible, es como si estuviera diciendo “eres el diablo”. En ese momento no sabía lo que significaba la palabra feminista, pero no quería que él supiera que yo no sabía, entonces solo seguí discutiendo. Y luego cuando lo busqué dije “¡Sí! Es exactamente lo que soy”.

—¿Por qué crees que para algunas personas feminismo es una palabra negativa? O para otros… recuerdo a muchas personas decir que el machismo y el feminismo son parecidos, dos caras de la misma moneda. Y no lo son…
Por supuesto que no…

—¿Por qué crees que muchas personas dicen que el feminismo es una mala palabra?
—Por una serie de cosas. Creo que por mucho tiempo el feminismo fue asociado con las versiones más extremas de él, entonces las personas muy seguido decían que al ser feminista odiabas a los hombres, por ejemplo, y por supuesto que eso no es verdad. También creo que las personas se oponen a la equidad, y como no quieren que las mujeres y los hombres sean iguales, la forma de hacerlo es convertir al feminismo en algo malo, así es fácil rechazar a las mujeres que hablan de equidad. También creo que vivimos en un mundo que es profundamente misógino y está en todas las culturas alrededor de todo el mundo y por esto es que la misoginia está en el aire que respiramos, entonces si llevas respirando ese aire toda tu vida, a veces se convierte en algo normal. Las personas creen que es normal que las mujeres estén en puestos subordinados. Las personas usan la cultura, la religión, para justificarlo, y cuando empiezas a ver que esto no está bien, la gente cree que hay algo malo contigo en vez de ver que hay algo malo con el sistema.

—Estás enojada, odias a los hombres y cosas así…
—Y por supuesto que esto no es verdad. Sí, estoy enojada por la injusticia, pero eso no me convierte en una persona enojada. Y hablando de enojo, creo que uno de los problemas es que a las mujeres no se les permite mostrar enojo. El enojo es una emoción humana que todos deberíamos poder mostrar. Pero cuando las mujeres muestran enojo las personas dicen “uy, está enojada”. Cuando los hombres muestran enojo sólo decimos “bueno, está enojado porque es humano”. Desde niña me di cuenta que juzgamos a las mujeres y a los hombres muy distinto por el mismo comportamiento. Decimos que la mujer es agresiva, pero que el hombre es fuerte, que la mujer es manipuladora, pero que el hombre es convincente. ¡Pero es el mismo comportamiento! Entonces te das cuenta que juzgamos injustamente a las mujeres.

—Durante tu vida, ¿a qué tipo de discriminaciones te has enfrentado?
Para alguien que se ha convertido en esta “feminista pública”, mis experiencias personales han sido leves respecto a lo que muchas mujeres deben vivir. Pero de todas formas crecí en una cultura que le da a los hombres más privilegios. Mi grupo étnico es igbo y en la cultura igbo muchas de las cosas prestigiosas sólo son hechas por hombres. El collar de nudos es algo muy hermoso para recibir a las visitas y dices una oración, invocas a los ancestros, pero sólo los hombres pueden hacerlo. Y cuando niña me preguntaba por qué. “Yo quiero bendecir el collar de nudos” y decían “pero no puedes, porque eres una niña”. Y yo pensaba “pero yo quiero y creo que en realidad lo haría bien”. Creo que para mí lo interesante del sexismo es que fundamentalmente no es algo muy lógico o una posición particularmente inteligente a tener en el mundo. El sexismo no tiene sentido económica o políticamente. Decides excluir a personas por algo tan extraño como nacer mujeres.

—Con más talento, probablemente, que otros…
—¡Sí! No estás pensando sobre el talento. Muchas veces, de hecho, yo me encuentro pensando sobre cuánto hemos perdido en el mundo porque hemos excluido a las mujeres. Cuánto más podríamos haber logrado hoy si hubiésemos incluido a las mujeres.

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—Entonces, ¿cómo logras la equidad?
Tenemos que criar diferente a los niños y niñas y tenemos que comenzar cuanto antes. Yo tengo una hija de cuatro años y me he dado cuenta lo difícil que es, porque el mundo ya está ajustado a su forma y le damos mensajes a los niños sobre qué es lo que deberían ser. Mi hija está en preescolar y le han dicho que los camiones son para niños y las muñecas son para niñas. De ninguna forma estoy de acuerdo con esto, se les debería permitir a todos jugar con cualquier juguete que les interese. Y creo que son pequeñas cosas como esas las que deberíamos empezar a hacer temprano. La llevo a la plaza y los niños se caen y sus madres le dicen “sé fuerte, sé fuerte, no llores”. Y creo que es terrible para los niños porque cuando empezamos a hacer eso, estamos limitando el rango de emociones humanas que pueden tener, y estamos criando a personas que pueden ser posiblemente violentas en el futuro. ¿Por qué hay tantos hombres violentos? No sé de forma segura, pero una de mis teorías es que son criados para reprimir tantas emociones que terminan mostrándose como violencia. También creo que a las niñas les enseñamos muy temprano a ser “buenas” y creo en ser amable, en ser graciosa, pero no estoy segura sobre ser buena, porque ser buena muchas veces significa que le estamos diciendo a las niñas que digan lo que no creen, a fingir para agradarle a alguien. Y creo que solo les enseña a convertirse en mujeres que fingen, que no dicen realmente lo que piensan, que no hablan. Te callas a ti misma porque no quieres que te llamen una diva, no quieres que te llamen una perra. Pero después lo piensas y hay muchas mujeres que terminan en no pedir lo que realmente se merecen porque saben que serán juzgadas por esto.

—¿Qué piensas del acoso sexual y la violencia sexual en general?
Creo que es un desastre absoluto. Creo que es una epidemia en todo el mundo. No conocemos todo sobre ella porque a veces las mujeres no hablan del tema. Pero también creo que sí, deberíamos ser prácticas y decirle a las niñas y mujeres “protégete”, sabes, pero quiero que nos pasemos la misma cantidad de tiempo diciéndole a niños y hombres “no violes”. Tenemos que empezar a permitir que los niños y hombres vean a las mujeres como humanas completas, porque creo que parte del problema es que hay demasiado de nuestra cultura que hace a las mujeres parecer objetos. Entonces los hombres no las ven como iguales por completo, no son completamente humanas, son cuerpos. Así que creo que el feminismo como causa debería comprometerse más con los hombres y niños.

—Chile parece ser muy moderno en algunos aspectos, pero ¿qué opinas del hecho que la tasa de empleo de mujeres en Chile es más baja que el promedio de Latinoamérica?
Es muy chocante para mí. De alguna forma estoy sorprendida al escuchar eso, pero de otra tampoco estoy tan sorprendida porque es un problema alrededor de todo el mundo y algunas veces lo que parece brillante en la superficie, por debajo no lo es para nada. Así que creo que es importante que nos preguntemos por qué pasa esto. Yo no sé lo suficiente de Chile para decir esto, pero creo que en muchos lugares del mundo hablamos de igual pago para igual trabajo, pero creo que no hablamos suficiente sobre las cosas culturales. Entonces las ideas mantienen a las mujeres retenidas. A menudo las personas dicen “¿las mujeres pueden hacerlo todo?”. Esa conversación me molesta, y me molesta porque es una conversación sobre trabajo doméstico. Como creemos que las mujeres deben hacer el trabajo doméstico, luego empezamos a preguntar si pueden hacerlo y además trabajar fuera de la casa. Pero en realidad deberíamos hablar del trabajo doméstico como algo que tanto hombres y mujeres deben hacer.

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—Sí, pero el problema es que la participación de las mujeres en la esfera pública ha aumentado, pero los hombres no están haciendo más trabajo doméstico en el mismo nivel. ¿Entonces?
Y es un problema porque esa es la razón de por qué a menudo las mujeres deben elegir entre tomar decisiones que no son realmente decisiones. Conozco a muchas mujeres alrededor del mundo que, como equilibran el trabajo doméstico con el trabajo fuera de la casa, terminan reteniéndose, trabajando part-time, algunas veces dejando su trabajo porque tienen que cuidar a sus hijos, porque los hombres no están haciendo su parte en el trabajo doméstico. Así que siento que deberíamos hablar más sobre eso, porque afecta.

—En abril tendremos una elección en Chile para decidir si las personas quieren o no una nueva Constitución y la paridad de género está en el centro del debate. ¿Qué tan importante es la paridad en la representación? Por ejemplo, en la convención que redactará esta nueva Constitución. ¿Por qué es importante la paridad?
—Creo que si las mujeres son la mitad del mundo, la mitad de Chile, entonces el liderazgo debería reflejar a la población y eso no significa que las mujeres vayan a hacer todo perfecto. No es que debemos tener mujeres porque las mujeres van a resolver todos los problemas. Es que deberíamos tener mujeres porque las mujeres son la mitad de la población y cuando tienes mujeres en el gobierno, eso invariablemente reflejará las necesidades y preocupaciones de la población femenina y eso es realmente de lo que se trata la democracia, así que es importante.

—Tenemos un problema, un problema cultural, porque puedes ver la devaluación de la femineidad. Queremos más mujeres ingenieras, fantástico, pero no hablamos de que los hombres sean enfermeros, por ejemplo. ¿Cómo cambiamos eso?
—Yo creo que al tener conversaciones y hablar de estas cosas, parar de hablar de reglas de género, no creo que haya tal cosa como una regla de género. No creo que un hombre deba hacer algo porque es hombre o que una mujer deba hacer algo porque es mujer. Creo que el talento y la inteligencia traspasa el género, entonces creo que hay diferentes situaciones donde ya sea un hombre o una mujer pueden hacer un buen trabajo y debería serles permitido hacer ese trabajo. En realidad esa idea de que la feminidad o las cosas que consideramos femeninas no son realmente respetadas en la sociedad es sobre lo que realmente estamos hablando. La enfermería es vista como femenina y por eso la idea de un hombre siendo enfermero no es algo que tenga mucho prestigio. De la misma forma que cuando un niño es femenino se burlan de él. A menudo a los niños se les dice “estás haciendo esto como niña” y eso es un insulto, pero también a menudo hay espacio para que las niñas sean masculinas y eso no es producto de burla. En la sociedad, es un cumplido cuando te dicen que lo estás haciendo como hombre. Entonces devaluamos las cosas que están asociadas a las mujeres.

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—¿Qué opinas del aborto?
—Creo que el aborto es algo que se debería tratar de la mujer y su cuerpo y lo que quiere hacer con él. Creo que se debería permitir que una mujer haga lo que quiera sobre su embarazo, porque es algo que la puede matar. También creo que las personas que se oponen al aborto, deberían oponerse para ellas mismas y no hacer que esa decisión sea para otras personas. También sabemos que alrededor del mundo, en lugares donde el aborto es ilegal, las mujeres mueren porque igual se lo hacen, pero lo hacen ilegalmente y pierden sus vidas. Así que creo firmemente que no deberíamos politizar el aborto. Creo que es una lástima que se haya convertido en algo tan politizado. Es una necesidad que las mujeres tomen esa decisión y creo que las mujeres deberían poder tomarla.

—¿Cuál es tu opinión del movimiento social en Chile?
—Debo decir que siempre he admirado mucho las sociedades en que las personas van a las calles. Al leer sobre Chile me impresioné mucho. Encuentro cada vez más inspirador cuando lo hacen las mujeres. Cuando estás en este tipo de luchas, cuando hablas constantemente sobre el sexismo, muchas veces puede ser solitario. Entonces, para mí, solamente leer sobre mujeres haciéndolo, lo encuentro ratificante.

— ¿Y crees que la democracia está en riesgo?
—Lo creo, sí. Creo que gran parte del mundo actual es solamente democrático por su nombre. Creo que hay un tipo de populismo de derecha que no es muy democrático y se está esparciendo por Europa. Muchas partes de Estados Unidos suscribe a ideas que no creo que sean democráticas y, nuevamente, para mí… creo que para analizar bien la democracia no hay que ver lo que le pasa a la mayoría, sino a una minoría, y creo que en muchas partes del mundo no las tratan muy bien.

— ¿Cuál es tu perspectiva acerca del movimiento para remover a Trump? Y en general, también acerca de la inmigración.
—En general, para el movimiento de Trump no tengo tiempo, hay tantas otras cosas sobre las que quiero leer y pensar. Creo que los países deben tener políticas de inmigración. Creo que los niños no deberían ser separados de sus padres, porque no veo cuál es el sentido de eso, creo que es inhumano. Y simplemente creo que es posible tener un sistema de inmigración que trate a las personas con dignidad. Y no es decir que todos los países deberían tener sus fronteras abiertas, porque tampoco se trata de eso, pero simplemente decir que se puede hacer mejor de cómo se está haciendo. Creo que Estados Unidos es un ejemplo, lo que está pasando en la frontera estadounidense, particularmente con los niños que vienen de Centroamérica y Latinoamérica, creo que es atroz, es inmoral.

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— ¿Y qué pasa con el rol del poder en la guerra y el colonialismo moderno? ¿Hay un tipo de colonialismo nuevo en estos días?
—No sé… esa palabra, el colonialismo, siempre estoy reacia a usarla. Cuando eres africana sabes que el colonialismo realmente pasó en tu continente… Creo que lo llamaría algo diferente, no estoy segura de llamarlo un nuevo colonialismo. El poder en el mundo es algo tan interesante y siempre me ha impactado como las reglas parecen ser distintas dependiendo de cuánto poder tengas. Entonces las cosas que puede hacer Estados Unidos, por ejemplo, algunos países no pueden hacerlas porque no tienen poder. Entonces lo que está pasando en el mundo actualmente es muy incierto. Y la incertidumbre trae algo que puede llevar a la agitación. Siento pena por el Medio Oriente, por ejemplo, me da pena que dispararon a un avión lleno de gente por los egos de los hombres. Creo que hay tanto sufrimiento innecesario en el mundo como resultado de malos liderazgos.

—Muchos de ellos, hombres…
—Es que es cierto. Es cierto y creo que debemos decirlo porque, de nuevo, no sabemos si las mujeres van a hacerlo mejor, cierto, pero no lo hemos intentado.

—¿Podrías darle un consejo a las futuras mujeres, las niñas pequeñas que puedan ver esta entrevista?
—Me gustaría decirle a niñas pequeñas que nunca piensen que hay algo que debas hacer o no debas hacer porque eres niña. “Porque eres niña” no es una razón para nada. Y también les diría nunca pidas perdón, o sea obviamente pide perdón cuando has hecho algo mal, pero no pidas perdón por vivir, por ocupar espacios, por tener una opinión, por pensar, por querer vivir una vida pensante, porque te gusten los tacos y labiales, por ser quién eres, porque usualmente criamos a las niñas a ser compungidas por ocupar espacios en el mundo y es muy malo para ellas. Y a los niños pequeños les diría, por favor, llora cuando te sientas mal y recuerda que las niñas son tan humanas como tú e iguales a ti. He pensado sobre cómo deberíamos avergonzar a los niños y lo hacemos por ser femeninos. ¿Qué tal si los alabáramos por ser femeninos? ¿Cómo cambiaría eso las cosas? Pero para que pase necesitamos que los hombres sean parte de eso, porque los niños escuchan a los hombres. Necesitamos que los hombres sean parte del movimiento.

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