Las elecciones en el Reino Unido terminaron con un sorpresivo triunfo de los Conservadores, quienes se quedaron con 365 escaños del parlamento, mientras que los Laboristas perdieron 59 asientos, quedando en 203.
Esta victoria ha sido atribuida al trabajo del primer ministro Boris Johnson, quien logró liderar una coalición bajo la consigna de llegar a buen -y definitivo- puerto con el Brexit.
Quienes también obtuvieron una victoria fueron los escoceses, pues el Partido Nacionalista Escocés (SNP) sumó 13 escaños y alcanzó los 48 puestos. Sin embargo, este triunfo podría amenazar la integridad del Reino Unido, dadas las motivaciones de Escocia de permanecer en la Unión Europea.
“Francamente le pido a todos en ambos lados que después de tres años y medio de un argumento árido, insto a cada uno a cerrar el capítulo y a comenzar el proceso de sanación“, dijo Johnson durante esta jornada.
Los resultados de la votación reflejan el interés de los ciudadanos por alcanzar a como dé lugar un Brexit definitivo. Al mismo tiempo, es un triunfo para la derecha británica, uno que no se veía desde la época de Margaret Thatcher.
De esta manera, Johson podrá gobernar con mayoría absoluta, lo cual facilita no sólo la forma en que llevará a cabo la salida de Reino Unido de la Unión Europea, sino también las políticas que quiera aplicar en su administración.
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