Por Lindy Sandoval Bastías
PEXELS/IMAGEN REFERENCIAL

El lunes 6 de noviembre, el jugador de Colo Colo, Jhordy Thompson, quedó en prisión preventiva tras ser imputado como autor del delito de femicidio frustrado y desacato.

Esto, luego de que la Trigésima Sexta Comisaría de La Florida de Carabineros recibiera una denuncia por parte de su expareja, quien afirmó haber sido agredida en el contexto de violencia intrafamiliar.

Previamente, ya había una causa por el delito de lesiones en el mismo contexto, la que arribó en una suspensión condicional del proceso en términos de prohibición de acercarse a la víctima.

Tras ello, diversas voces se han referido al tema. Por una parte, la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, manifestó la preocupación del gobierno “por la poca medición de riesgo que están teniendo las instituciones a cargo de la persecución y la sanción de este tipo de delitos“.

De esta manera, y sobre la reincidencia en el caso del jugador, la secretaria de Estado realizó un llamado a “dejar de minimizar los riesgos que involucran para las mujeres este tipo de decisiones”.

FOTO: FRANCISCO VICENCIO/AGENCIA UNO

El expresidente de la ANFP y actual mandamás de Santiago Wanderers, Reinaldo Sánchez, también se refirió al caso con una cuestionable declaración.

Lo que pasa es que ahora las leyes protegen a las mujeres, los hombres están sonados. No sé si haya sido una gran cosa, pero ahora por cualquier cosa se va a Tribunales”, dijo al sitio Sentimiento Popular.

Son cabros jóvenes, a lo mejor le tocó una mujer muy jodida“, expresó, generando repudio y toda clase de críticas en redes sociales.

Aunque aún se desconoce lo que pasará con el jugador, distintas expertas coincidieron en que Thompson debiese ser apartado de sus funciones.

“La violencia hacia las mujeres no debe ser aceptable en ningún ámbito de la vida, incluso en el fútbol profesional”, dijo a CNN Chile, Priscila González, vocera de la Red Chilena Contra la Violencia hacia la Mujer.

En lo que va del año 2023, en Chile se registran 36 femicidios consumados y 186 femicidios frustrados, según datos del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género.

Ante el lamentable caso que puso en el ojo del huracán a una figura pública, cabe preguntarse ¿por qué surgen cuestionamientos a quien denuncia? Y más aún, ¿qué hay detrás de la crítica por “tolerar” esto en el tiempo? Para responder a estas interrogantes, primero debemos entender cómo funciona el ciclo de la violencia y por qué es tan difícil para las víctimas romperlo y acceder a la justicia.


Tensión-Violencia-Luna de Miel

La psicóloga norteamericana Leonor Walker en 1978 estableció la teoría que explica la dinámica cíclica de la violencia conyugal y la razón por la cual muchas mujeres se quedan atrapadas en dicha relación violenta de pareja.

Este ciclo está compuesto por tres fases distintas y fue denominado por la autora como “ciclo de la violencia“:

Fase uno: Acumulación de tensiones.

Fase dos: Explosión o Incidente Agudo.

Fase tres: Respiro de calma y tregua amorosa, también llamado “Luna de Miel”.

En diálogo con CNN Chile, la psicóloga clínica Nataly Cárdenas, explicó que tanto hombres como mujeres pueden ser víctimas de violencia de género, violencia que en cualquier caso siempre va en escalada.

De acuerdo a la experta, “ambos géneros pueden ser violentos, hombres y mujeres no somos buenos ni malos, sino que lo que nos pasa tiene que ver más bien con lo que es la crianza y lo que la sociedad hace de nosotros”.

“El rol de género de los hombres está circunscrito a que los hombres son poderosos, son más inteligentes, son más rápidos mentalmente, más racionales, y las mujeres, por el contrario, son más femeninas, más afectivas”, señaló.

En ese sentido, y en los casos de violencia hacia la mujer, existe “esta visión también machista de que las mujeres tenemos que maternar a estos hombres porque los hombres ‘son tontos’, ‘no entienden’ o ‘no comprenden’. Entonces, como estos hombres ‘no entienden’ y hay que ‘educarles’ las mujeres maternamos y damos segundas oportunidades“.

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“Ahí se empieza a generar el círculo de la violencia donde esta va en escalada, donde en una primera instancia en una relación de pareja todo es miel sobre hojuelas hasta que una de las dos partes, cuando se trata de violencia, empieza a ‘sacar las garras’. Después viene todo este ciclo del arrepentimiento, del pedir disculpas, el decir que voy a cambiar y ahí se genera un proceso que se llama ‘Luna de Miel’, donde todo es bonito, todo vuelve a ser maravilloso como en un inicio hasta que vuelva a pasar otro hecho violento donde vuelve la misma dinámica“, comentó.

En Chile, las víctimas de violencia de género tardan hasta siete años en denunciar a su agresor. En ese período de tiempo, es común que las parejas vuelvan a una relación donde son maltratadas a pesar de acudir ante las autoridades de justicia y policías.

Para Cárdenas, esto tiene que ver con un nulo seguimiento a las víctimas y también por algo cultural. “La justicia no se hace cargo de lo que pasa con las víctimas de violencia. No hay un seguimiento, no hay apoyo, en general las policías nunca llegan o llegan muy tarde cuando ya pasó el suceso y cuando baja lo álgido de la tensión de la violencia, las mujeres también suelen arrepentirse de denunciar o incluso defienden a sus parejas por miedo o solamente porque están en este círculo”, dijo.

“Por el otro lado, los hombres no denuncian porque los hombres al denunciar, y como está esta imposición del género, donde el hombre es el fuerte, el proveedor, donde el hombre no puede ser víctima (…) pasa que la policía no acoge la denuncia porque se ríen, porque se burlan por el hecho solamente de ser hombre”, agregó.


¿Por qué es tan difícil salir del ciclo y denunciar?

De acuerdo a un estudio de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, en 2020 un 80% de las mujeres que denunciaron algún tipo de violencia intrafamiliar ante Carabineros tuvo una percepción negativa respecto a la experiencia.

Cuestionamientos, burlas y risas frente a sus relatos, revictimización y justificación de la violencia vivida, minimización y naturalización de lo ocurrido fueron parte de las respuestas que recibieron por parte de los funcionarios. Siendo la denuncia la primera acción legal a la que acudir ante un caso de violencia de género, cabe preguntarse ¿por qué cuesta tanto denunciar este tipo de situaciones?

“Hay muchas dificultades para que las víctimas accedan a la justicia. Una de las principales dificultades tiene que ver con que los operadores de justicia, todos quienes participan, desde quienes reciben la denuncia hasta que se le dicta la sentencia, no siempre están capacitados en asuntos de género y menos de manera específica sobre cómo funciona la violencia contra las mujeres. Muchas veces se las responsabiliza a ellas por la violencia que sufren, en vez de responsabilizar al único responsable que es la persona agresora”, dijo a CNN Chile, Priscila González, vocera de la organización.

Por su parte, Camila Maturana, abogada y directora de Corporación Humanas, opinó que “es importante mirar cómo las instituciones, los tribunales de justicia, enfrentan este tipo de situaciones y vemos que en una parte muy importante de casos, pareciera ser rutinaria la suspensión condicional del procedimiento sujeta a alguna condición, como la prohibición de acercamiento por ejemplo”.

“Pero, el problema es que la intervención de los operadores de justicia llega hasta ahí. Se suspende el procedimiento, se fija una condición por el plazo de un año, si no hay nuevas agresiones, se borran los antecedentes, pero no hay ninguna intervención institucional que mantenga un seguimiento de sí efectivamente esas condiciones que se pusieron fueron eficaces para detener la violencia y garantizar la protección de la víctima”, agregó.

Cuando hay esa denuncia, las instituciones operadoras de justicia normalmente archivan los casos, o se suspende con alguna condición, pero la falta de protección está dada, no porque no hubo una medida cautelar, sino porque no hay ninguna institución que se haga cargo del seguimiento y la vigilancia de tres cosas: si la medida efectivamente es eficaz para detener la violencia, si se cumple y si está funcionando para detener la violencia y garantizar la seguridad e integridad de las víctimas. Eso nadie lo vigila, por lo tanto, las mujeres siguen en riesgo a pesar de haber denunciado”, subrayó.

Para Patricia Almonacid, abogada experta en Derecho Público y Género, la situación también tiene que ver con la nula red de apoyo con la que no cuentan muchas víctimas y por la demora en los procesos judiciales.

“Los procesos son lentos y muchas veces aquello genera frustración en las víctimas, quienes no ven una solución inmediata a su situación, lo que con el paso del tiempo genera dudas en ellas y permite que la persona agresora vuelva a tomar el contacto y control de la relación, prometiendo cambios, lo que finalmente es aceptado por la pareja, ya que se ve como una solución más próxima o más sencilla porque los procesos jurídicos son tediosos, largos, complicados. Muchas veces no existe una real cautela de la no revictimización, y eso al final deja los procesos inconclusos porque las víctimas deciden no continuar con lo mismo”, dijo a CNN Chile.

Asimismo, añadió: “No contar con la red de apoyo que incentive a la víctima a continuar con el proceso hasta el final también es un problema, ya que si bien quizás pueden acceder a la justicia, no mantienen firme su decisión, puesto que no cuentan con este apoyo detrás que las haga sentirse acompañadas en este proceso que muchas veces es sumamente duro, porque no solo implica el proceso judicial, sino también la ruptura de un hogar, el quedarse sin un lugar donde habitar, tener miedo por la pérdida de los hijos, problemas económicos y de muchas otras índoles”.


¿Por qué una víctima volvería a una relación donde es violentada?

En palabras de Priscila González, regresar a una relación violenta o tóxica también tiene que ver con la concepción social del amor que hemos construido como sociedad. “Tiene que ver con un amor que aguanta, que soporta todas estas dificultades y que los asume como parte de un relato épico, heroico, en el que las parejas pese a todo, incluso pese a la violencia, logran quedarse juntas, y eso nos parece que es una cuestión que daña la psiquis de las mujeres y que las hace mantenerse en ese lugar de víctima”, expresó. 

“Para nosotras ese lugar de víctima no tiene que ser eterno y se puede salir de ahí con apoyo social, psicológico, familiar, de las amigas y moldeando un concepto político acerca de la violencia hacia las mujeres que no las señale a ellas como eternas víctimas, sino que las haga visualizar una vida libre de violencia”, añadió.

En esa misma línea, Patricia Almonacid complementó que “si la gente lograra entender que la violencia en una relación no es algo de lo cual se haga consciencia a diario, sino que se normaliza el tener problemas, discusiones, porque total “todo pasa”, si entendieran que esto funciona de esta manera no señalarían con tanta liviandad que es culpa de la persona que vuelve con la persona violenta al ser agredida“.

“Es difícil tomar la decisión de denunciar porque finalmente lo que se está haciendo es alejarse de esta persona que supuestamente es el ‘único apoyo'”, concluyó.


Si eres testigo o víctima de violencia puedes llamar a cualquiera de los siguientes números:

  • Fono Familia de Carabineros: 149.
  • Policía de Investigaciones: 134.
  • Fono de orientación y ayuda por violencia contra las mujeres: 1455.
  • Fono Denuncia Segura: 600 400 0101.
  • WhatsApp Mujer +569 9700 7000.
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